El Barça recibe hoy (19:0 horas) a un rival que en teoría debería suponer un encuentro plácido, pero que despierta ciertos recelos en las filas del conjunto azulgrana. El Khimki es un equipo que marcha colista, aunque hay varios datos que hacen pensar que tiene capacidad para dar la sorpresa en el Palau Blaugrana.
En primer lugar, ese 2-11 que lleva ahora mismo está un poco condicionado por la situación de coronavirus que sufrió el equipo y le hizo cosechar varias derrotas al jugar con jóvenes y sin sus jugadores de referencia. Por otro lado, es evidente que se trata de una plantilla con jugadores de calidad contrastada y en estas últimas dos semanas ha mejorado bastante su juego.
“Tiene una de las plantillas más potentes de Europa y no sé cómo van últimos”, dijo ayer el técnico del Barça, Sarunas
Jasikevicius. “Han tenido mala suerte con el virus y entró en dinámica negativa. Tiene cuatro o cinco jugadores de NBA y un jugador que puede ganar partido él solo. Es un rival de primer nivel”, añadió.
Además, la situación física ahora mismo del Barça, en medio de una racha de 10 partidos en 22 días (éste será el séptimo) es de cierto cansancio, como se pudo ver este pasado fin de semana en la pista del Obradoiro. La lección del Asvel
Villeurbanne, equipo ante el que el cuadro barcelonista perdió de manera clara hace dos jornadas cuando marchaba colista, es también algo que está muy fresco en la memoria de los jugadores.
El Barça, en definitiva, es favorito, pero no se puede confiar. Eso sí, el Khimki tendrá que demostrar su mejoría de sus últimos partidos, propiciada en gran medida por las críticas a algunas de sus estrellas, especialmente Jonas Jerebko y Janis Timma, por su bajo rendimiento. El combinado ruso tiene excelentes anotadores, entre los que destaca Alexey Shved (17,8 puntos por partido), pero su defensa está siendo mala y, de hecho, es el equipo que más puntos encaja de la competición (88,3 por encuentro), permitiendo un 41 por ciento en triples y cediendo 9,3 rebotes ofensivos.
“Llega otro partido difícil contra un rival con mucha calidad ofensiva”, explicó el pívot Pierre
Oriola ayer. “Tienen muchos jugadores con muchos puntos en las manos. Van últimos en la clasificación pero eso no hace justicia a lo que son. Será un rival complicado. Vendrán al Palau a ganar y cambiar la dinámica”.
El Barça, por el contrario, está destacando en defensa, encajando sólo 71,9 puntos por encuentro, así que una de las grandes claves del encuentro es ver qué capacidad defensiva tendrá el equipo azulgrana para frenar a los anotadores rivales. Mantener continuidad en esa defensa, como ha destacado Jasikevicius, ha sido una de las claves en las victorias.
“El Barça tiene posiblemente la mejor plantilla de Europa –indicó Rimas Kurtinaitis, técnico del Khimki– y tiene un buen entrenador que les ha dado habilidades individuales y disciplina, pero nosotros no tenemos nada que perder y estamos preparados para el partido”
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