El Barça ha perdido el paso y comba, desorientado ante la portería rival y demasiado endeble en la suya, con el gallinero revuelto frente al entrenador y una directiva que vive en entredicho a la espera de que salga la due diligence del Barçagate -creación de estados de opinión en las redes sociales a favor de la directiva azulgrana y en contra del entorno y según qué jugadores-. Del mismo modo, desde las altas esferas se cuestiona el cambio de técnico a la carrera después de despedir a Valverde en navidades con el equipo líder. Demasiados embrollos y poco fútbol que han descabalgado al equipo de lo alto de la tabla, ya a dos puntos del Real Madrid tras empatar contra el Celta. Aunque Quique Setién solo se centra en el encuentro frente al Atlético de Madrid de este martes (22 horas /Movistar LaLiga).Resulta que en un entretiempo del partido ante el Celta para beber agua, Messi desatendió a Sarabia (segundo de Setién) al tiempo que el míster se lo miraba con la cara de pasmo y resignación. El 10 ni escuchó ni quiso. “No pasó nada. Una indicación y ya. No sé qué quieres que comente”, resolvió el preparador azulgrana sobre el incidente. No quería hablar de Messi en particular, pero sí del equipo. “Siempre hay controversias como en la vida; cada uno tiene su manera de ver las cosas. Es normal que haya diferencias. Pero es lo habitual, lo que ha pasado siempre. Yo tampoco era un jugador fácil en su momento”, expuso Setién, que prefirió dar con la vacuna antes que con la rabia: “Tenemos que tratar de convencer a todos de que la idea común es la que hay que defender. Hay buena comunicación con el vestuario y esto son cuestiones puntuales a las que no le doy ninguna importancia”.Pero la ruptura entre jugadores y cuerpo técnico es diáfana. No solo Messi obvió a Sarabia sino que Luis Suárez cuestionó el planteamiento táctico públicamente del mismo modo que Alba se marchó del campo con alguna patada a las sillas de Balaídos. “Cuando no hay victorias, cuando se da una jugada aislada como la falta de Aspas y no ganas, todo el mundo saca punta. Este es el circo en el que estamos montados. Ya digo que la relación que tenemos es buena. No percibo ningún problema digno de mención”. Un discurso que chirrió un poco porque, unos minutos más tarde, corrigió: “Todos tenemos que ceder una parte de nosotros mismos, incluido los futbolistas. Es un equipo que sabe que tiene que actuar como tal y que a veces hay que sacrificar cosas personales para el beneficio del colectivo, que es lo que nos va a dar la victoria la mayoría de las veces”.Cuestionado por la grada, la directiva y el vestuario, Setién se mantiene firme en sus trece. “En absoluto me siento menos fuerte que al principio y así seguiré hasta el último día. Yo tengo que liberar mi conciencia y creo que estoy haciendo todo lo que sé y puedo para que esto vaya bien, ganemos partidos y juguemos lo mejor que podamos. Esto es lo que me alivia”. Y prosiguió: “A veces los resultados no dependen de mí. Creo que estamos haciendo un buen trabajo, pero sé cómo va el fútbol y las victorias ocultan muchas cosas y las derrotas conllevan esto, que lo he vivido en todos los sitios. Cuando uno gana, disfruta, y cuando pierde, apechuga”. La contrariedad es que el Barça ya no gana sino que persigue al Madrid. “Podemos controlar lo nuestro y trata de mejorar para que no nos pase lo del Celta. Ojalá que nos dé más facilidades, pero debemos salir pensando en nosotros hasta el último día”, señaló el técnico, que insistió en las debilidades futbolísticas de los suyos: “Somos muy superiores al principio de los partidos y no lo rentabilizamos con goles, lo que genera nerviosismo y a veces nos frustra. Hasta ahora, lo que está pasando es normal. Se puede cambiar inmediatamente si conseguimos una victoria holgada y si resolvemos mejor las situaciones”.Toca el Atlético, todo un hueso. “Contra ellos, los partidos son tremendamente disputados, difíciles, con muchas alternativas. Es un gran equipo. Muy identificado con su manera de hacer las cosas”, advirtió; “defensivamente es sólido y rentabiliza muy bien sus goles. Es su historia en estos años, un equipo que dificulta mucho. Hay que moverse entre líneas y tener lucidez y precisión con el balón para manejarte en espacios tan reducidos como los que dan ellos. Y estar muy pendientes a balón parado porque tienen futbolistas con muchísimo talento”. Queda por ver si un nuevo batacazo pone en tela de juicio la continuidad de Setién, que no ha mejorado los números de Valverde. “Considero que el resto de los partidos eran tan importantes como este”, relativizó Setién; “ganar se ha convertido en una cuestión tremendamente decisiva porque todo puede pasar, pero cada vez se reducen los partidos y el margen”. Y agregó: “No tengo problemas en admitir que es una situación nueva para mí, en este nivel, y cada vez vas tendiendo más a hacer lo que quieres hacer. Lo mismo me pasó en Las Palmas o el Betis. El tiempo coloca a cada uno en su lugar”.
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