El Betis de Rubi se gana el respeto de su gente ante el Valencia

Jordi Santamaría
Sevilla

Un gol de Sergio Canales de libre directo sobre la bocina le dio al Real Betis un merecidísimo triunfo ante el Valencia y aparca la crisis que se cernía sobre el Benito Villamarín, donde la afición vibró con su equipo como hacía mucho tiempo no se veía y lo llevó en volandas hacia la remontada. Los de Rubi completaron el mejor partido de la temporada y no hubiera sido justo que se fueran con un solo punto de este envite, aunque poco antes del 2-1, también en el descuento, Kangin Lee estrelló un trallazo en el larguero,
como había hecho en el 84’ Fekir, que luego gozó de otra ocasión muy clara que se le escapó por centímetros.

Tras media hora de tanteo y sin apenas ocasiones claras de gol en ninguna de las porterías, las hostilidades se desataron a raíz del minuto 32’, cuando el debutante Edgar -que estuvo enorme y fue despedido con una atronadora ovación- vio la primera tarjeta amarilla del partido, después de que los béticos hubieran reclamado sin éxito a De Burgos Bengoechea un par de ellas a los che. Aún estaban protestando los jugadores cuando los valencianos pusieron rápidamente el balón en juego y Ferran Torres encontró una autopista por su banda para colarse hasta el área, donde Maxi Gómez se encontró con el rechace de su disparo para rematar a placer el 0-1.

Por la misma banda izquierda por donde llegó el 0-1 se generó el 1-1, tras una gran arrancada de Álex Moreno y un sensacional remate de primeras de Joaquín, solo cuatro minutos después del gol de los valencianistas. El capitán se vino arriba y un templado centro
suyo lo remató fuera Emerson, aunque la ocasión más clara para el 2-1 la tuvo Fekir, quien tras una pérdida de Gayà -como Álex Moreno, mejor en ataque que en defensa- pisó área y mandó un ajustado derechazo raso que Cillessen evitó que fuera gol con una gran intervención.

En la segunda mitad el Betis buscó el triunfo con ahínco, Fekir tuvo dos ocasiones muy buenas y Álex Moreno, otra. El Valencia solo asustó con el trallazo de Kangin Lee, pero la fortuna sonrió finalmente a los de Rubi, despedidos con una atronadora ovación por su hinchada.