El Betis supera al Girona con penalti polémico incluido

El Betis logró frente al Girona una victoria que supone un inicio histórico de Liga para los andaluces. Un penalti polémico y un error condenaron a los visitantes, que fueron mejores que su rival, pero no fueron capaces de frenar al nuevo delantero de la Selección, Borja Iglesias.

Ni un respiro vino a dejar el partido en toda la primera parte. Un Girona valiente salió a dominar el partido desde que Ortiz Arias se llevó el silbato a la boca para determinar el inicio en el Benito Villamarín. Haciendo su fútbol, los de Míchel combinaron y dieron la sorpresa a los siete minutos tras una buena jugada de Miguel Gutierrez, que acabó dejando un pase perfecto hacia el otro lateral rojiblanco, Arnau. Éste cruzó el balón a la red de Rui Silva, que nada pudo hacer para evitar que los visitantes se avanzaran en el marcador.

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Y es que se notó que ambos cuadros muestran sus mejores cartas con el juego de balón. De costado a costado rodó el esférico, independientemente del equipo que mantuviera la posesión. No hizo falta cocer mucho las jugadas, pues la dirección de las combinaciones y de los pases cogían una dirección más vertical que horizontal. Fue ese el motivo por el que llegaron buenas jugadas por parte de andaluces y catalanes.

Un panda llamado por la Selección corrió suelto para dar vida al partido antes del cuarto de hora sobre el verde. El precedente, un penalti polémico de Bernardo sobre Rodri que no dudó en pitar desde primera instancia. Juan Carlos acertó el costado del disparo, pero la potencia acabó empujando la yema de sus dedos.

El gol fue psicológico para ambos conjuntos. Los verdiblancos empezaron a centrarse para seguir con la dinámica que tanto le ha caracterizado durante el inicio de campaña. Los de Míchel, pero, no perdieron la cara al encuentro y mantuvieron la calma en la posesión, sobre todo con el que sigue siendo el motor de los rojiblancos, Aleix García. Él y su mejor socio, Oriol Romeu hicieron su papel prácticamente a la perfección para anular a los de Pellegrini y combinar con los suyos para dotar de equilibrio al equipo.

Míchel, que no parecía olvidar el penalti señalado en contra, fue expulsado a la media hora de partido. El técnico vallecano se marchó al túnel de vestuarios con gestos de no entender nada de lo que estaba sucediendo.

Ese fue el momento en que los béticos aprovecharon el nerviosismo catalán, precisamente para adelantar líneas y generar más peligro del que llevaban haciendo hasta el momento. La pausa de hidratación no sentó bien a los gerundenses, que agradecieron el pitido que determinó el ecuador del partido. El cansancio y el calor empezaron a coger protagonismo en los visitantes.

Algo cambiaron los papeles durante la segunda parte. El Betis con la posesión y un Girona peleón. Reinier avisó a los béticos con ocasiones claras que despertaron el runrún de los aficionados locales. La más clara, la de Reinier a la madera.

De hecho, cuando mejor estaba el conjunto ‘gironí’, vio como un error de Samu Saiz, que llevaba en el terreno de juego un minuto para dar respiro a sus compañeros, dejó solo a Borja Iglesias para que definiera a la perfección y diera la vuelta al marcador.

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El Betis empezó a coger el papel de veteranía y empezó a medir a la perfección lo que debía hacer sobre el verde para someter a un Girona que llegó muy cansado a los minutos finales. Los cambios de los rojiblancos pretendieron dar frescura y empuje para revertir la situación, pero se encontró con los mejores momentos a nivel defensivo de los béticos.

Los de Míchel insistieron e insistieron hasta el final, pero con más corazón que cabeza no acabó de encontrar ocasiones que determinaran un buen acercamiento a la portería de Rui Silva. Mientras tanto y a cuenta gotas, los andaluces fueron soltando destellos en forma de pases largo para cerrar definitivamente el partido, pero no fueron capaces de volver a perforar la red visitante. La última la tuvo Manu Vallejo, marcando en fuera de juego por milímetros, justo antes de que el colegiado marcara el final del partido.