Russell Westbrook con todo al suelo, LeBron corriendo como un gamo hacia el aro trastabillado, y ‘The King’, tan generoso, se la cede a Davis para que, con toda la furia, sacuda el aro. 129-132 en casa de Giannis Antetokounmpo y un 129-133. ‘Game over’. El ‘Russ’, que se arremanga (15 puntos y 11 asistencias), la supervivencia de ‘Bron’ por mucho que sume años y lesiones (28 tantos y 11 pases de canasta), la fuerza con la que ha irrumpido la en los últimos tiempos una ‘Ceja’ que frunce la de todo aquel que osa salirle al paso (44 puntos y 10 capturas). La escena de la armonía del ‘Big Three’, la postal que buscaban desde hace tiempo unos Lakers que, definitivamente, son otros, siete victorias en los últimos 9 partidos, la última, de otro nivel. “Somos un equipo que está escalando, queremos seguir mejorando”, dijo LeBron al final.
Tanto han cambiado los de púrpura y oro que, hasta hace no tanto el peor ataque de la NBA, se presentan en el cortijo del equipo con la mejor defensa, los Milwaukee Bucks, y les endosa 133 puntos que pudieron más que los 40 que se embolsó ‘Anteto’ (15 en el último parcial), siempre irreprimible al final por talento y abrasión pese a que arranque al ‘ralentí’ (11 puntos en la primera parte), siempre dejando su arrebato dictatorial con el espectacular tapón que le clavó a LeBron. Quizá pudieron los Lakers, porque el -seguramente infravalorado-, instigador del renacimiento de los Lakers, el de la nueva vida en la que Westbrook es feliz y hace feliz a los demás, Darvin Ham, se conoce al dedillo el campeón de 2021, en el que participó como entrenador asistente.
Entre el ‘bisturí’ de Ham -primera vez que se enfrentaba como entrenador principal a los Bucks-, para descubrir los puntos débiles de la mejor defensa de la NBA y la precisión y el arrojo de sus pupilos, que se mantuvieron enteros cuando arreció al final el temporal ‘Anteto’-, los Lakers demolieron las inmediaciones del aro de los Bucks, casi siempre por delante la franquicia angelina, incluso con rentas superiores a los 10 puntos.
Ham, venerado por sus jugadores -que siempre le defienden a ultranza, incluso en las derrotas-, recibía los abrazos de los que fueron discípulos suyos en Milwaukee con Mike Budenholzer a la cabeza. Se hace querer el técnico de Michigan, aunque esta vez su afable sonrisa era traicionera para los Bucks. Se ‘ensañó’ con Brook López, yendo sin miramientos a por el interior de los Bucks, a dejarle solo para amontonar puntos y más puntos. Con razón, y pese a que hizo su ‘pupa’ desde el perímetro -13 puntos con un 3/5 en triples-, López fue el peor de los titulares y el segundo peor del equipo tras Pat Connaughton con un más-menos de -6.
Varias jugadas de los Lakers se orientaron a dejar al interior solo frente a LeBron y Davis para que el ‘6’ y el ‘3’ le zarandearan una y otra vez desde la media distancia. Y cuando no era el rango medio, era el ‘pick and roll’, jugado de maravilla por LeBron y Davis y también bien dirigido por Westbrook, con el pívot ejecutando la continuación de maravilla o el base anotando si se quedaba en el cambio con López. Los de púrpura y oro alejaban las ayudas con un buen ‘spacing’ que en gran parte hace posible el crecimiento de los Lakers desde el perímetro, con un 11/26 en este partido (42,3%). Un 3/6 hizo LeBron y un 2/3 Davis.
El milagro de ‘Russ’ es uno de los inventos del año e incluso a este paso acabará siendo un golpe de genio de Ham. Congenia bien con ‘The King’ y la ‘Ceja’ y su inclusión en la segunda unidad da todo el sentido al quinteto de suplentes. Le hacen el ‘spacing’ y, a partir de aquí, Westbrook crea.
El plan del equipo con él tiene varias alternativas como los triples generados a partir de su juego en el poste. Acumula sabias decisiones, más que nunca contra los Bucks, con un 6/11 en tiros de campo y 11 asistencias sin ninguna pérdida. Pero el ‘playmaker’ de la noche fue Bron, que con sus también 11 pases de canasta arrebató a Magic Johnson la sexta posición en la lista de asistentes de todos los tiempos. Amenizando la espera en lo que tarda en por sobrepasar a Kareem Abdul-Jabbar como mayor asistente de todos los tiempos y tal.
Lo bueno también de estos ‘nuevos’ Lakers es que Lonnie Walker IV (14 puntos) siempre acompaña y, entre los demás, secundarios, cuando no lo hace uno lo hace otro. Troy Brown Jr. siguió animado tras sus 14 puntos ante los Blazers (9 tantos) y también hicieron otros como Austin Reaves (7) o Patrick Beverley, ‘nominado’ para ser incluido en una futura operación de traspaso este mes.
Los Milwaukee Bucks no pudieron brindarle la fiesta de bienvenida a Khris Middleton, por mucho que el alero, como si hubiera estado jugando a escondidas durante sus 8 meses de lesión, empezara y acabara osado, 17 puntos (6/11 en lanzamientos) y 7 asistencias. El equipo de Budenholzer burló al final la buena defensa de los Lakers, sobre ‘Anteto’, que disuadió a los de Ham de organizar masivas ‘concentraciones’ entorno a él en la zona con los 17 triples de Milwaukee (39,5%). Jrue Holiday asumió con personalidad la responsabilidad de más generador y anotador cuando no estuvo ‘Anteto’ en pista (28 tantos y un 6/12 desde la larga distancia) y también sumó Bobby Portis (15).
Tras llegar a ir 49-61 hacia el final del tercer parcial y 61-66 al descanso, los Bucks limitaron casi hasta diluir ese tipo de situaciones los unos contra uno ante Brook López y los problemas para defender el ‘pick and roll’ con una zona 3-2 en la segunda parte, lo que les permitió incluso llegar a ponerse por delante en los últimos minutos (122-123), encontrando también Giannis en las buenas defensas una mina de puntos en transición.
Pero ante el griego -15 puntos en el último parcial los Lakers supieron tomar decisiones oponiéndole 2×1 en las últimas posesiones y supieron buscarse la vida para derruir la zona. LeBron (12/ 27 en tiros el final) y Davis (18/27) no tuvieron reparos en emerger con 15 y 13 tantos en el último cuarto, en ir al choque al poste y en disparar desde el perímetro -2 triples cada uno en este periodo-, para tumbar el plan B defensivo de Milwaukee, supeditado al final al despampanante ‘Big Three’ de estos Lakers que, tras estar en ruinas, quieren construir algo bonito. De hecho, ya han empezado. A ver cómo sigue.