El RETAbet Bilbao Basket tiene otro exigente examen por delante en esta fase final excepcional de la Liga Endesa que no concede tiempo, ni para lamentarse por derrotas ni para festejar triunfos. Un partido cada dos días. Salir del vestuario pensando en el siguiente compromiso, en la búsqueda de un triunfo que permita seguir peleando hasta el final.
Así se presenta esta tarde el conjunto de Alex Mumbrú a su partido ante el Barcelona (18:30 h.). Un triunfo le permitiría llegar al último encuentro de esta liguilla con opciones de clasificarse para semifinales. Una derrota ante los azulgrana convertiría el choque del jueves frente al Unicaja de Málaga en la despedida a un curso en el que el Bilbao Basket se ha convertido en una de las sorpresas positivas de la Liga Endesa.
Lo habían advertido los jugadores del RETAbet Bilbao Basket antes de empezar esta fase final en Valencia: competir está en el ADN del Bilbao Basket. No salieron las cosas en el estreno frente a un superior Kirolbet Baskonia, pero la imagen de los hombres de negro ya fue diferente el pasado viernes en el choque frente al Joventut. Opciones para ganar hasta el final, pero el resultado tampoco acompañó.
Pero ni con el 0-2 en el casillero ni con la baja de Schreiner, que se unió a las anteriores de Brown y Kulboka, se vino abajo la tropa de Mumbrú, que firmó una convicente actuación el domingo frente al Iberostar Tenerife, sumando un triunfo que le hace seguir con opciones de ser semifinalista.
La misión no es sencilla, pero el Bilbao Basket ya ha demostrado que carácter no le falta. El primer paso es ganar a un Barcelona que se ha impuesto en sus tres primeras citas en Valencia. Batió en la primera jornada (96-92) al Joventut, con susto incluido después de gozar de una importante ventaja. Después superó (73-84) a Unicaja y el domingo derrotó (81-75) al Baskonia para consolidarse en la primera posición.
Todavía no ha sacado su mejor versión colectiva, pero la calidad individual le ha servido para contar sus duelos por triunfos. Si gana al RETAbet estará clasificado como primero de grupo. En el lado bilbaíno la cuenta es otra: ganar para seguir soñando.
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