El colectivo japonés de arte digital TeamLab ha transformado un bosque caducifolio al oeste de Tokio en una obra de arte interactiva que se transforma no solo con el transcurrir de las estaciones, sino también con la presencia de las personas. El proyecto más reciente de los japoneses, materializado en una exposición permanente en el Musashino Woods Park y bautizado como Resonating Life in the Acorn Forest (La vida que resuena en el bosque bellotero), usa la tecnología digital para transformar la naturaleza en arte sin tener impacto físico en ella.En la exposición, inaugurada este mes de agosto, se han instalado esculturas ovoides de color metálico dentro del bosque de robles y otros árboles belloteros, que durante el día reflejan la luz natural y sus alrededores, y cuando una persona los toca o los mece el viento se mueven mientras producen un sonido. Cuando se pone el sol los ovoides brillan con un leve parpadeo y, si se mecen, ya sea por el viento o la acción de un visitante, se mueve y resuena mientras emite un color específico para cada sonido. Los ovoides a su alrededor responden uno tras otro con el mismo sonido e iluminándose del mismo color, mientras bañan con esa luz a los árboles circundantes, transformando el entorno continuamente con hasta 57 colores distintos.Los bosques caducifolios de hoja ancha, como el del mencionado parque de la ciudad de Tokorozawa, al oeste de Tokio, proliferaron en Japón en el período prehistórico Jomon (13.000 a.C. – 300 a.C.). El Musashino Woods Park forma parte del recién inaugurado Museo de la Cultura de Kadokawa, diseñado por el arquitecto Kengo Kuma, e incluido en el complejo Tokorozawa Sakura para la promoción de la cultura pop nipona: manga, anime, novelas y videojuegos.
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