Nos tienen acostumbrados los Wolves a una de cal y una de arena. En esta ocasión, después de superar al Chelsea el pasado día 15 (2-1), le tocó a los de Nuno Espírito Santo caer derrotados ante el Burnley de Sean Dyche (2-1). Este lunes Barnes fue el héroe de los de Turf Moor, que habiendo marcado solo 8 goles en lo que va de Premier League (13 jornadas) suman 13 puntos con los que han logrado (de momento) huir de la zona de descenso.
Arrancaron titubeantes los Wolves y el Burnley se lo hizo pagar muy caro. No necesitan los de Sean Dyche el balón para hacerle daño al rival y ni pasaron del 40% de la posesión de balón, pero hicieron un gol más que su rival y por ello lograron quedarse con los tres puntos.
El primero de dichos tantos llevó la firma de Ashley Barnes, que cabeceó a la red en boca de gol un centro de Taylor desde la izquierda. Fue en el minuto 35, y con ese 1-0 se llegó al descanso.
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Ya en la segunda mitad, se esperaba la reacción del Wolverhampton, pero lo que llegó a los cinco minutos de la reanudación fue un nuevo mordisco, esta vez obra de Chris Wood, aprovechando la pasividad de la defensa del Wolves en un balón colgado al área. Fue en el 50’, después de que su compañero Brownhill ya hubiese amenazado con lograr el 2-0 al estrellar un disparo en la madera apenas un minuto antes.
Con esa doble desventaja en el marcador entró en el terreno de juego Adama Traoré, que había sido suplente, pero el internacional español no pudo evitar la derrota de los suyos. Fábio Silva, gracias a un penalti que él mismo provocó, redujo distancias en el 89’, pero no evitó que los Wolves se marchasen de Turf Moor domesticados por el Burnley y ligeramente heridos.
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