El Barça, al igual que el resto de equipos españoles, ha paralizado toda su actividad a la espera de cómo evoluciona la pandemia del coronavirus y, consecuentemente, la disputa de sus partidos tanto de LaLiga Santander como de Champions League están en el aire.
Por el momento se ha confirmado la suspensión de las dos próximas jornadas de LaLiga, en las que los culés debían enfrentarse al Mallorca en Son Moix y contra el Leganés en el Camp Nou, así como la vuelta de octavos de final de la Champions contra el Nápoles, también en Barcelona, pero hay otros 14 posibles partidos que están serio riesgo de aplazamiento por los efectos del coronavirus.
El primer partido que tendría que jugar el Barça sería el duelo liguero en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla, previsto para el fin de semana del 4 y 5 de abril, y luego el calendario tenía contemplado el inicio de los cuartos de final de la Champions, en caso de que el conjunto de Quique Setién supere la eliminatoria ante el Nápoles.
Antes de la hipotética vuelta de cuartos de Champions habría un interesante Barça-Athletic, en el que los culés buscarían revancha de la eliminación copera esta campaña, y luego la visita a Balaídos ante el Celta para después pasar a recibir al Atlético de Madrid en el Camp Nou, en la que sería la jornada 33 de LaLiga.
Tras el duelo contra los colchoneros estaban programadas las semifinales de la Champions League y el enfrentamiento con el Villarreal en el Estadio de la Cerámica para luego disputar el derbi en casa frente al Espanyol y los tres últimos encuentros de LaLiga ante el Valladolid, Osasuna y Alavés.
Una vez concluida LaLiga sería el turno de la final de la Champions, prevista para el 30 de mayo en Estambul, pero no está nada claro que la máxima competición continental se celebre si los efectos del coronavirus siguen poniendo en riesgo a futbolistas y aficionados.
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