Hay un preparador físico, un abogado, un ingeniero y un profesor forjándose en la universidad de Zubieta. El cuartel general de la Real es a su vez un campus que permite a cuatro productos de la fábrica, como Aihen
Muñoz, Ander
Guevara, Luca
Sangalli y Ander
Barrenetxea, foguearse como estudiantes mientras juegan al fútbol. La vida más allá de ser profesionales defendiendo sus colores del alma. Un tratado edificante de mucho valor.
Son los cuatro futbolistas de la primera plantilla que compaginan fútbol y estudios en la actualidad. El confinamiento permite a alguno de ellos ganar tiempo sabiendo que la actividad, cuando el mundo vuelva a girar sin sobresaltos, estrechará al límite su tiempo libre.
Aihen y Guevara juegan con la ventaja del empuje mutuo. Los dos realistas comparten piso en Donostia. El lateral navarro estudia I.N.E.F. (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte), a distancia, en la Universidad Isabel I de Burgos. Hinca los codos para llegar en plena forma a los exámenes que le esperan en junio. El mediocentro gasteiztarra está a caballo entre tercero y cuarto de Derecho, en la Universidad del País Vasco (UPV).
La Real tiene un ingeniero mecánico en la plantilla. Es la titulación que logró Sangalli en 2016. El donostiarra no colgó los apuntes. En estos momentos se dedica a un doctorado en Ingeniería Industrial en la Universidad de Mondragón. El canterano apunta alto en sus objetivos, aspira a un gol por la escuadra: desarrolla una tesis que aporte “algo nuevo” al mundo y que tendrá que defender cuando la remate.
Un maestro dentro y fuera
El último txuri urdin en apuntarse a la tendencia es el más joven del grupo: Ander
Barrenetxea. Completado su periplo en el colegio, el donostiarra ha emprendido el primer curso de Magisterio a distancia, en la Universidad de Logroño. Busca impartir las mismas lecciones aprendidas en casa, ya que Azu
Muguruza, su ama, también es profesora. Todo un espaldarazo en la carrera por traspasar su maestría en ciernes del terreno de juego a las aulas.
Mientras no hay partidos, los cuatro estudiantes de la Real cogen apuntes. ¿Cuál es la lección? Que hay vida más allá del fútbol.
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