El certificado europeo de la covid nace en plena oleada de la variante delta y con dudas sobre su eficacia

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Pasajeros en los controles de llegada, este jueves en el aeropuerto de Palma de Mallorca.
Pasajeros en los controles de llegada, este jueves en el aeropuerto de Palma de Mallorca.CATI CLADERA / EFE

El certificado digital europeo para recuperar la movilidad perdida por la pandemia entra en vigor este jueves en medio de una nueva ola del coronavirus que amenaza con provocar otro cierre de fronteras. Además, el sector aéreo, uno de los grandes beneficiarios potenciales del salvoconducto sanitario, teme que la diversidad de sistemas de verificación provoque largas colas en los aeropuertos o, en el peor de los casos, acabe limitando las posibilidades de desplazamiento.

La Comisión Europea ha urgido a todos los gobiernos a garantizar que todas las personas provistas del certificado queden exentas de cualquier medida restrictiva, como pruebas adicionales o cuarentenas. Bruselas considera imprescindible que se facilite “información clara y puntual para que los ciudadanos tengan confianza en viajar al extranjero durante este verano”.

Pero el temor a la propagación de la variante delta del virus y la desconfianza hacia los países más dependientes del turismo (como Portugal o España) ha llevado a gobiernos como el de Alemania a advertir que vetarán la entrada a los viajeros procedentes de países donde se apliquen los controles de manera laxa. Bruselas espera que las reticencias y los problemas técnicos se superen y que el certificado se convierta no solo en una herramienta para desplazarse de un país a otro sino también en el pase de entrada para otro tipo de actividades, como conciertos, exposiciones o congresos.

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Tres en uno

El llamado certificado covid digital de la UE se debe expedir de forma gratuita a cualquier ciudadano europeo que lo solicite para acreditar su vacunación (parcial o completa), la realización de un test negativo o haber superado la enfermedad. El documento, en papel o en formato digital, abre las puertas para desplazarse por toda la UE y su titular tendrá exactamente los mismos derechos que los ciudadanos vacunados (o recuperados) del país que visite.

Dónde es válido

El certificado y las aplicaciones que permiten descargarlo en el teléfono móvil estarán disponibles este 1 de julio en los 27 países de UE, salvo en Irlanda, que no lo incorporará hasta mediados de julio como consecuencia del ataque informático sufrido recientemente por su sistema sanitario. Los tres países del Espacio Económico Europeo (Noruega, Islandia y Liechtenstein) también participan en el sistema. La incorporación de Suiza está prevista, a falta aún de un acuerdo sobre el reconocimiento mutuo de los respectivos certificados.

Colas en el aeropuerto de Hamburgo el 25 de junio.
Colas en el aeropuerto de Hamburgo el 25 de junio.DPA vía Europa Press / Europa Press

Quién lo expide

Las autoridades u organismos sanitarios de cada país expedirán el certificado en el momento de la vacunación o cuando lo solicite la persona interesada. El certificado será legible en cualquier país de la UE gracias a una plataforma desarrollada por encargo de la Comisión que permite la interoperabilidad de todos los documentos expedidos.

Qué vacunas incluye

El certificado de vacunación se concede a las personas a las que se haya administrado alguna de las vacunas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento. En la actualidad son las de BioNTech-Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen. Los países que lo deseen también podrán aceptar un certificado de vacunación que corresponda a una de las vacunas autorizadas como recurso de emergencia por la Organización Mundial de la Salud.

A qué edad se puede usar

El certificado estará disponible para todas las edades. El grupo de entre 12 y 15 años puede recibir la vacuna de BioNTech/Pfizer, según la Agencia Europea del Medicamento. En cualquier caso, los menores de edad también pueden obtener el certificado para acreditar la superación de la enfermedad o el resultado de un test de diagnóstico.

Para qué sirve

El certificado se ha desarrollado, sobre todo, para facilitar la movilidad de un país a otro. Pero este miércoles el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, ha animado a las autoridades nacionales a extender su uso a otras actividades. “Recomendamos a todos los países que utilicen este instrumento no solo para la libertad de movimiento [a través de la UE] sino también para cualquier otro tipo de uso nacional, como ir a conciertos, festivales, al teatro, a restaurantes…”, ha animado Reynders.

Carácter voluntario

La Comisión Europea insiste en que el certificado no es un pasaporte y que su obtención siempre es voluntaria y en ningún caso puede convertirse en un requisito imprescindible para viajar. Las personas que no hayan sido vacunadas gozarán de la misma libertad para viajar de un país a otro pero deberán someterse a las restricciones previstas en cada caso (pruebas de diagnóstico o cuarentena) en función del destino y, sobre todo, de la situación epidemiológica de su país o región de origen.

Letra pequeña

Con la letra pequeña del certificado empiezan las complicaciones. Los gobiernos se han reservado el derecho a imponer restricciones a los viajeros procedentes de cualquier país siempre que lo consideren oportuno por razones de salud pública. Las posibles medidas deben comunicarse a la Comisión y al resto de Estados miembros y justificarse debidamente. Pero el grado de discrecionalidad será difícilmente evitable y el riesgo de fragmentación es evidente, sobre todo si la variante del virus procedente de la India (la delta) u otras nuevas continúan propagándose de forma acelerada en algunas zonas. Alemania ya ha advertido de que impondrá restricciones o incluso vetará la entrada a los nacionales de países que no sean capaces de contener los contagios, con Portugal como primer país en la diana.

Diversidad de sistemas

El sector aéreo europeo, que todavía acusa una caída de la actividad del 54% en relación con el último ejercicio previo a la pandemia (2019), confiaba en aprovechar el certificado de vacunación para recuperar en julio y, sobre todo, en agosto, buena parte de los pasajeros perdidos. Pero Airlines for Europe (A4E), una de las principales patronales del sector, ha alertado este martes del riesgo de que la diversidad de sistemas de verificación del certificado provoque una espiral de controles, esperas y retrasos de los vuelos que arruinen la campaña de verano. La patronal lamenta que, a pesar de los esfuerzos de la Comisión Europea por desarrollar un certificado común, “hay al menos 10 planteamientos y soluciones nacionales diferentes”. Y avisa de que esa fragmentación y la posibilidad de doble o triple verificación del certificado en un mismo viaje “amenaza el éxito del reinicio de los viajes en avión este verano y socavará la libre circulación de los ciudadanos a través de la UE”.

Controles a la salida

La Comisión Europea ha urgido a los Estados a evitar la duplicación de controles. Bruselas considera que basta con verificar la validez del certificado en el país de origen, por lo que los controles a la llegada son redundantes. Bruselas también recomienda que, a ser posible, la verificación se haga con antelación a la entrada en el aeropuerto de embarque para evitar colas y aglomeraciones incompatibles con las normas de distanciamiento personal. La Comisión también defiende que los controles sean esporádicos y no sistemáticos. La patronal A4E señala que el tiempo de control ya ha aumentado un 500%, hasta 12 minutos por pasajero.


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