Los encargados de mimar el césped de Anoeta son los únicos privilegiados que pueden pisarlo desde hace ya más de un mes. A pesar de la publicación en el BOE del Real Decreto que paraliza toda la actividad económica no esencial, el verde del estadio donostiarra sigue recibimiento los mismos cuidados e idéntico tratamiento que antes de la declaración del estado de alarma. De esta manera, para cuando se reanude la competición, los realistas gozarán de un tapete en perfectas condiciones, como en los últimos meses.
Cuando se endurecieron las medidas de confinamiento, se temió en Anoeta y otros clubs por el terreno de juego, que necesita de una atención permanente para que la hierba no muera ni se deteriore, algo que puede suceder en el transcurso de unos días. Pero al final, el cuidado del césped, según lo establecido en el BOE, se entendía como “actividad indispensable”. De esta manera, el verde de Anoeta se cuida como si no hubiera estado de alarma, con la ventaja de que no lo castigan las pisadas de los futbolistas con sus tacos cada cierto tiempo. Antes del parón liguero por el coronavirus, el rectángulo de juego de Amara había acogido ocho partidos en menos de dos meses, un duro test.
Así las cosas, durante estas jornadas no se ven ni balones ni jugadores sobre el verde del ahora llamado Reale Arena, pero sí segadoras y lámparas que proporcionan calor y luz al campo. La planificación para los próximos 15 días ya está marcada: realizarán los habituales trabajo de siega, descompactación, tratamiento con fungicidas y herbicidas, marcaje de las líneas, aireación, riego, resiembra y abonado. Si los futbolistas ya tienen ‘mono’ de fútbol tras casi un mes recluidos por fuerza en sus domicilios, cuando se reencuentren con el césped híbrido de Anoeta, su ansia de balón y fútbol se va a multiplicar a la enésima potencia.
Zubieta, igual
La Real tenía programado un entrenamiento para el martes 10 de marzo por la tarde, que tuvo que suspender la víspera por las restricciones que comenzaba a imponer el Gobierno. Desde entonces, se cerró la verja de las instalaciones de entrenamiento, donde no se ha podido desarrollar ninguna actividad deportiva. Pero, igual que en el caso del Estadio de Anoeta, los encargados de mantener en perfecto estado la hierba de los campos han seguido trabajando, a un menor ritmo, eso sí, porque la ausencia de entrenamientos de todos los equipos del club hace que el deterioro sea menor.
El Real Decreto incluía asimismo un artículo en el que se permite realizar las habituales tareas de mantenimiento en instalaciones como las de Zubieta. Por lo tanto, están vigilando para que las calderas, las piscinas y todos los equipamientos sigan a pleno rendimiento y puedan ser utilizados en cuanto se reanude la actividad ordinaria. Este momento todavía no tiene una fecha concreta. Forzarán la situación para que los profesionales puedan terminar sus campeonatos, pero parece mucho más difícil que los equipos de la cantera puedan reanudar sus competiciones este curso.
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