El domingo por la tarde, las autoridades de Martha’s Vineyard, un exclusivo enclave frente a las costas de Massachusetts donde poseen mansiones multitud de famosos, eran alertados de que un hombre que montaba allí sobre una tabla de padelsurf parecía estar en apuros, tanto que había desaparecido bajo las aguas. Tras dar la voz de alarma e iniciar un dispositivo de búsqueda, ha sido el lunes cuando finalmente ha aparecido, ya sin vida. Entonces se ha desvelado su identidad. El fallecido era Tafari Campbell, de 45 años, cocinero personal de los Obama y que trabajaba para el exmatrimonio presidencial desde sus días la Casa Blanca.
Campbell ha perecido ahogado en las aguas que circundan la zona en la que el matrimonio Obama posee una gran residencia que compraron en 2019. El expresidente y la abogada no estaban en la casa en ese momento, tal y como ha comunicado la policía de Massachusetts, que ha explicado que Campbell “estaba pasando unos días” en la isla. Pero ni la policía ni la familia ni los propios Obama han aclarado si en esos momentos el cocinero se alojaba en la casa del exmandatario, con quien mantenía una estrecha relación desde hace más de una década. En un comunicado conjunto, Barack y Michelle Obama han lamentado la triste pérdida de su colaborador y han asegurado unirse al duelo de su familia “por la pérdida de un hombre auténticamente maravilloso”. Campbell, nacido en Dumfries, Virginia, tenía esposa, Sherise, con quien llevaba casado más de 23 años, y dos hijos gemelos, Savin y Zavier.
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Fue sobre las ocho menos cuarto de la tarde del domingo cuando los servicios de emergencia recibieron el aviso de que había un hombre en el agua que se hundía y volvía a flotar, según testigos presenciales. Al parecer, no llevaba chaleco salvavidas y, hasta donde ha trascendido, había alguien más junto a él. Entonces, los agentes se acercaron a la casa de los Obama (aunque no estaba en la isla estos días) y empezaron la búsqueda, que se prolongó durante unas 15 horas. Las condiciones del mar eran buenas y la temperatura rondaba los 21 grados. La tabla apareció el mismo domingo.
El lunes, poco después de las 10 de la mañana, el cadáver fue encontrado a más de 30 metros de distancia con la orilla y a unos dos metros y medio de profundidad gracias a una batida realizada a través de un sónar, tal y como ha explicado el departamento de policía de Massachussets, que ha utilizado rastreadores, buceadores, bomberos y fuerzas aéreas para el rescate. Finalmente, el cuerpo de Campbell apareció en Edgartown Great Pond, una laguna con salida al mar al sur de la isla, muy cerca de donde los Obama tienen su casa, situada en una zona llamada Turkeyland Cove Road. El departamento de policía de Edgartown ha abierto una investigación por el fallecimiento.
“Tafari era una parte muy querida de nuestra familia”, han relatado Barack y Michelle Obama en el comunicado en el que lamentan la muerte de Campbell. “Cuando le conocimos era un talentoso sous chef [subjefe de cocina] en la Casa Blanca, creativo y apasionado sobre la comida, y con una gran habilidad para hacer equipo. En años posteriores, llegamos a conocerle como una persona extraordinariamente cálida, divertida y amable que hacía nuestras vidas un poco más resplandecientes. Por eso es por lo que, cuando nos preparábamos para dejar la Casa Blanca, le pedimos a Tafari que se quedara con nosotros, y accedió generosamente. Desde entonces ha sido parte de nuestras vidas, y su pérdida hace que se nos rompa el corazón”. Durante sus días en la residencia presidencial de Washington, Campbell fue uno de los encargados de que se produjera miel en el jardín sur de la mansión, y de recogerla junto a la entonces primera dama; una miel con la que él mismo fabricaba cerveza en la propia Casa Blanca.
La finca que compraron, en 2019, los Obama en Martha’s Vineyard, en Massachusetts. Al fondo, la laguna llamada Edgartown Great Pond.REALTOR
Los Obama pasaron siete veranos de la presidencia de Barack en Martha’s Vineyard. Su gusto por el lugar hizo que acabaran comprándose una casa de casi 700 metros cuadrados en la lujosa isla. Se la compraron poco antes de la pandemia, al propietario de los Boston Celtics, Wycliffe Grousbeck, y está valorada en más de 13 millones de euros. Tiene piscina, barbacoas al aire libre, chimenea, una residencia en el jardín para invitados y acceso privado a la playa.