Todd Boehly, nuevo propietario del Chelsea, quiere empezar su etapa en el club como su predecesor Roman Abramovich, es decir, a lo grande.
Es por esto que el empresario ha puesto al frente de las operaciones a Thomas Tuchel, con pleno poder de decisión en salidas y entradas, y además le ha entregado 200 millones de euros para que logre sus objetivos, según informa el Telegraph. Un papel parecido al que juegan Pep Guardiola y Jürgen Klopp en Manchester City y Liverpool, actuando como managers.
En este sentido, los objetivos del Chelsea tienen nombre y apellidos: Ousmane Dembélé y Matthijs de Ligt. El que está más cerca de poder llegar es sin duda el extremo francés, con el que se ha empezado ya a discutir las condiciones y las negociaciones están adelantadas. Llega gratis, por lo que la prima de fichaje será importante, pero deberá dejar espacio para poder ir a por el holandés.
Con De Ligt, primero se ha de pasar el filtro de la Juventus, que está complicado dado que Giorgio Chiellini anunció su retirada y a Leandro Bonucci no le quedan tampoco muchos años. Eso sí, a su favor juega que De Ligt no está cómodo en Turín, donde no ha logrado ser indiscutible ni rendir al nivel esperado, por lo que ya dejó caer el otro día que lo de renovar no es algo que le pase por la cabeza. Es decir, podría contemplar una salida rumbo a la Premier League ahora que se ha activado su cláusula de rescisión de 150 millones de euros.
A este dinero que el Chelsea ha puesto en manos de Thomas Tuchel, se ha de contemplar también el que puede empezar a brotar en el apartado de salidas. Especial interés hay en la de Lukaku, al que Tuchel no quiere ir por el que intercederá para que se marche cuanto antes. El belga quiere volver al Inter de Milán y ya lo dejó claro a los 4 meses de llegar, cuando se rompieron las relaciones. Eso sí, parece complicado que recuperen los 113 millones que pagaron el verano pasado al conjunto italiano.