El sorteo de los cuartos de final de la Champions League ha deparado el mismo emparejamiento que la temporada pasada a estas alturas (Real Madrid-Chelsea) con la notable diferencia de que esta vez la ida se disputará en el Santiago Bernabéu (12 de abril) y la vuelta en Stamford Bridge (18 de abril).
El equipo de Ancelotti no podrá recurrir al ‘efecto Bernabéu‘ que tantas alegrías le dio el curso anterior en las remontadas ante PSG, Chelsea y Manchester City. Con la vuelta fuera (también jugaría la vuelta de semis a domicilio en caso de pasar) el Madrid pierde capacidad de intimidación en su competición fetiche, pero los blancos se guardan un as en la manga que puede condicionar enormemente al Chelsea de cara a la vuelta: siete jugadores reds están al borde de la suspensión y sin ven una amarilla en Chamartín no podrán estar en Stamford Bridge.
Los futbolistas apercibidos son Kepa Arrizabalaga, Thiago Silva, Kalidou Koulibaly, Conor Gallagher, Reece James, Mudryk y Enzo Fernández. Todos ellos suman dos amonestaciones en lo que va de Champions y si son amonestados en Chamartín no jugarán la vuelta.
A excepción de Gallagher, todos los piezas muy importantes en el Chelsea. Thiago Silva, con una lesión de ligamentos, en principio no estará para el choque de ida y está por ver si se podrá recuperar para el duelo de vuelta.
Una amarilla para Kepa, Koulibaly, Enzo o Reece James supondría un contratiempo muy serio para Graham Potter, pues todos ellos son titulares indiscutibles en el conjunto blue. Cabe recordar también que Edouard Mendy está lesionado y Kepa, por lo tanto, no tiene relevo de garantías.
Por otro lado, el hecho de que Reece James esté al borde de la suspensión pone mucho picante a su duelo con Vinicius Junior, con el que libró una bonita batalla la temporada en el Santiago Bernabéu. El lateral inglés, pretendido por el Madrid hasta que renovó el curso pasado, está considerado uno de los mejores del mundo en su puesto pero su rendimiento no ha vuelto a ser el mismo desde que ha encadenado diversas lesiones en los últimos meses.
Enzo Fernández, el fichaje más caro de la historia del Chelsea, es el que mueve los hilos en la medular y corre riesgo de dejar a su equipo cojo en la zona de máquinas, lo mismo que sucede con Koulibaly en el eje de la zaga, donde es indiscutible.