El Chelsea tiene ahora el convencimiento de que recibirá luz verde para poder completar su venta y salir adelante, con el Gobierno del Reino Unido controlando, hasta que el tema esté resuelto, la deuda de 1.900 millones de euros que el club tiene con el oligarca ruso Roman Abramovich, todavía propietario de la entidad de Stamford Bridge.
La oferta de Todd Boehly (dueño de los LA Dodgers) por el Chelsea fue ya declarada la preferida por el banco estadouninense Raine, encargado de gestionar la venta. En cambio, fue rechazada la de Sir Jim Ratcliffe, el hombre más rico del Reino Unido y que es propietario de INEOS, que tiene participación en Mercedes, el Niza y el equipo ciclista INEOS Grenadiers.
La venta del Chelsea se encontró con un serio problema debido al temor de que el todavía dueño, Roman Abramovich, se retracte de su promesa de cancelar una deuda de 1.900 millones de euros que el club tiene con el propio oligarca ruso. Así, el Gobierno del Reino Unido está preocupado por si el Chelsea podrá competir la próxima temporada si no se produce a tiempo un acuerdo para su venta y salvaguardar así su futuro. La licencia que permite trabajar al club londinense acaba el 31 de mayo.
El Reino Unido no está dispuesto a permitir que ni un solo euro de la venta del Chelsea (ni del préstamo) vaya a parar a Abramovich, sino que quiere dedicar el dinero a la reconstrucción de Ucrania y la ayuda al fútbol base británico.
Ante la situación que atraviesa, según cuál sea el desenlace, el Chelsea puede verse obligado a hacer caja permitiendo la salida de jugadores, como dos de los objetivos del Barcelona, César Azpilicueta y Marcos Alonso. Andreas Christensen, a quien también quiere el club azulgrana, acaba contrato.