El Newcastle y Manchester City jugaron uno de esos duelos que cualquier amante del fútbol quiere que no terminen nunca. En un empate más que merecido por lo visto de ambos conjuntos (3-3), brilló el estilo contrastado de cada uno de los equipos y en especial un Eddie Howe que mostró donde encontrar las cosquillas al planteamiento de Guardiola, que de seguro toman notas sus próximos rivales.
El partido valió la pena desde los primeros instantes. Entró con fuerza el City y a los cinco minutos se vio por delante en el marcador con Bernardo Silva como protagonista. El luso, titular por primera vez esta temporada, tuvo la pausa perfecta para encontrar el hueco en la defensa del Newcastle y asistir a Gündogan, que irrumpió desde el interior del lado opuesto (5’).
La pinta era de goleada. Al menos en esos minutos posteriores al gol. Dominio absoluto de los de Guardiola, con De Bruyne y el germano entrando mucho en juego. No obstante, Pope, bajo palos, impidió que el segundo terminara de matar a los suyos, que ante el esfuerzo de su meta se recompusieron. Tanto, que el Newcastle se empezó a comer al City.
La clave estuvo en la espalda de Walker. O más bien en el hueco dejado por el inglés, reconvertido en medio centro en la elaboración. Esa idea que tanto ha funcionado a Guardiola empezó a matar a su equipo. Los de Howe lo tenían claro, robar y correr. Y así fue como Saint-Maximin, solo por izquierda, empezó a hacer daño constantemente. Tanto en jugadas personales para uno mismo, como encontrando a compañeros libres. El francés tuvo tanta incidencia que si el Newcastle remontó fue gracias a él, que repartió las dos asistencias mientras Pep no daba con la tecla para desconectarlo del juego y su equipo se diluía, siendo superado por todos lados.
Aunque con suspense, el primero de los urracas subió al marcador. Saint-Maximin centró, Almirón remató y, pese a que el juez de línea vio manos, el VAR confirmó que el remate fue con la rodilla mientras el extremo se caía (28’). Mareado el City, se fue casi noqueado al descanso. En otra diagonal del francés, esta vez el servicio fue para que Callum Wilson remontara el marcador con un gran remate de exterior (39’).
Aun con ese resultado, Guardiola es de esos que muere con sus ideas y no retocó el plan de ataque de meter a Walker por dentro, que en esta ocasión no estaba suponiendo tampoco la diferencia en ataque como había pasado en las jornadas anteriores. No tardó en pagarlo. Saint-Maximin, que siguió a lo suyo, trazó otra diagonal que terminó en falta en la frontal y Trippier se sacó una bestialidad de su bota derecha, directa a la escuadra de un Ederson que nada pudo hacer (52′).
Se encontraba en un brete importante el Manchester City. Necesitaba un gol tempranero para entrar de nuevo en el partido y lo encontró. Haaland, un cazagoles, se hizo con un balón en el área y la empaló con todas sus fuerzas para cambiar la dinámica entre los equipos (60′).
Fue acercarse el City de nuevo a un gol y ordenarse, poner cabeza y empezar a pisar el área de Pope, que estuvo impecable. De hecho, tardó nada y menos en tener el empate de nuevo el noruego tras un carrerón prodigioso, pero el inglés lo dejó sin espacio. Y en ese momento, en el que tienen que aparecer los mejores, Kevin De Bruyne se puso el traje de superhéroe. Él solo vio un pase inimaginable para cualquier mortal y dejó solo a Bernardo Silva, que frente a Pope no falló (64′).
Con ese marcador, y el paso de los minutos, al Newcastle le empezaron a pesar las piernas y dejó de generar en ataque. En vistas de eso, Howe agitó la cosa con cambios para sostener al menos el empate y ya en los últimos minutos se fue para atrás. Hasta casi se queda con diez. Trippier vio la roja por una entrada a De Bruyne pero el VAR hizo al colegiado corregir y mostrar amarilla.
El City jugó esos últimos quince minutos, contando el descuento, totalmente en campo rival. Pero faltó fútbol y también aire en los pulmones para trazar las jugadas con calidad. Tuvo una, eso sí, en botas de Haaland, que la mandó rozando el palo y así el marcador no se movió, regalando un empate justo a ambos en un partido que tardarán en olvidar en St. James Park.
Newcastle
33
Man. City
Newcastle: Pope; Trippier, Botman, Schär, Burn (Krafth, 92′); Willock (Longstaff, 70′), Guimaraes, Joelinton; Almirón (Murphy, 83′), Wilson (Wood, 70′) y Saint-Maximin
Manchester City: Ederson; Walker, Stones, Aké (Ruben Dias, 21′), Cancelo; De Bruyne, Rodrigo, Gündogan; Bernardo Silva, Haaland y Foden
Goles: 0-1, Gündogan (5′); 1-1, Almirón (28′); 2-1, Wilson (39′); 3-1, Trippier (54′); 3-2, Haaland (60′); 3-3, Bernardo Silva (64′)
Estadio: St. James Park
Árbitro: Jarred Gillett. Amarillas a Guimaraes, Schär, Trippier y Joelinton por el Newcastle y Cancelo y Stones por el City
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