El clerical fascismo ibero-americano ataca la Cuarta Transformación de México | Artículo

Por Heinz Dieterich

1. Pastorela geopolítica obscena y trasnochada

En una obscena y trasnochada pastorela geopolítica, el clerical fascismo ibero-americano ataca a la “Cuarta Transformación” de México, encabezada por el modernizador socialcristiano Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Es obscena, porque está en flagrante contradicción con la ética y los hechos históricos. Por lo tanto, con la verdad. Es geopolíticamente anacrónica, porque desconoce que desde hace doscientos años América Latina es zona de expoliación del clerical fascismo protestante de Washington (doctrina Monroe, 1823), no de Europa. Y, sobra decir, que se trata de una vulgar y categórica negación de toda praxis y enseñanza de Jesús nazareno.

De ahí, que al Papa Francisco le sobraban motivos dogmáticos y de realpolitik para deslindarse de esa trasnochada re-escenificación de las cruzadas históricas, cuando el 26 de septiembre pidió “perdón” a México por los “pecados personales y sociales” de la Iglesia católica.

2. Perlas clericalfascistas post-Cervantinas

Hernán Cortés no debe ser considerado un conquistador, “sino un liberador de los pueblos indígenas oprimidos”, dijo el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa en la cuna del falangismo ibero-americano: “España nos ha dado la vida, nos ha dado la lengua, la religión, y gracias a su inmensa generosidad nos hemos integrado en Europa y la civilización occidental”. Recuerdo un largo diálogo con Vargas Llosa en su hermosa casa de Lima, cuando era un escritor caballeresco con tintes aristocráticos y pensamientos políticos superficiales. Ahora, a los 85 años, es un simple Calibán de una de las ideologías imperialistas más reaccionarias y peligrosas de la aldea global.

“España logró liberar a millones de personas del régimen sanguinario y de terror de los aztecas. Orgullosos de nuestra Historia”, rebuznaba el 13 de agosto el Donald Trump del falangismo español, el vasco Santiago Abascal, presidente de Vox, quién después vino a México “para frenar el avance del comunismo” y tomarse fotos con su club de fans senatoriales del Partido Acción Nacional (PAN). Ni cortos, ni perezosos, sus fans aprovecharon para firmar la Carta de Madrid: un panfleto del “Foro Madrid”, que se define como una alianza internacional “para hacer frente al avance del narco-comunismo en la Iberosfera”, en dicción de Abascal, el presidente del “retoño del Franquismo” Vox (López Obrador).

El expresidente panista mexicano Felipe Calderón, después de escuchar cómo el presidente del Partido Popular Pablo Casado le agradecía su “cooperación con España, sobre todo la cooperación energética durante su mandato” (sic), también intervino en la tercera jornada de la Convención Nacional del PP en Sevilla. Justo dos días después de que el Papa Francisco pidiera perdón a México, Calderón, haciendo gala de que él también tiene una “bisabuela purépecha”, descartó la petición respectiva de López Obrador como una “cortina de humo” para tapar los supuestos fracasos del gobierno.

José María Aznar, expresidente español, corresponsable con Bush y Blair de la guerra de agresión contra Irak, defendió la “importancia histórica de la nación española”. Afirmó que el “indigenismo” es el “nuevo comunismo” de Latinoamérica y que no pedirá perdón. Lógico: ¿Por qué un criminal de guerra contemporáneo pediría perdón por los criminales de guerra del pasado?

Pablo Casado, líder del PP, no se quedó atrás en la dura competencia ibero-americana por los mejores fake news sobre la conquista: “Desde España no tenemos que pedir perdón, sino dar las gracias por una historia común que ha sido, en mi opinión, el mayor hito de la humanidad después de Roma: la hispanidad, a ambos lados del Atlántico”.
Ostias tío: ésta no te la va a perdonar el camarada Mussolini, quién realizó la ciclopédica obra civilizatoria de la “Africa Orientale Italiana”.

Last but not least, Vox registró iniciativas en el Congreso para exigir al gobierno que se organicen homenajes a la figura de Hernán Cortés con motivo de los 500 años de la conquista de México y que se obligue al país azteca a garantizar el “adecentamiento” de su sepulcro en la iglesia Jesús Nazareno de la Capital.

Se ven lentos los neonazis alemanes. No se les ha ocurrido pedir lo mismo para “el liberador” Adolf Hitler, pese a que Der Fuehrer llevó la hermosa civilización europea a “los indios salvajes” de Eurasia, o, como diría Aznar, los “comunistas”, y el maravilloso idioma de Goethe al Ghetto de Varsovia.

3. El “Descubrimiento” de Colón

El enunciado de que Colón realizó el “Descubrimiento de América” es demasiado estúpido, contra fáctico y euro-chovinista, como para que una persona seria pudiera discutirlo. El primer descubrimiento e inmigración, llamado paleo-indígena, se realizó hace 35 mil años. La segunda inmigración tuvo lugar hace alrededor de 15 mil años. Es conocida como la de los pueblos Na-Dene, término que se deriva del tipo de lenguas que hablaron esos pueblos. El Na-Dene es uno de los diecinueve lenguajes originales que se desarrollaron desde el primer y único código lingüístico de la humanidad, conocido como proto-world code. La última inmigración se realizó acerca de l0 mil años por los esquimales-aleutas.

También hubo inmigración marginal europea y asentamientos (vikingos, irlandeses) siglos antes de Colón. En 1421 es muy probable que haya llegado al hemisferio occidental una flota del emperador chino Zhu Di. Tardíamente, en 1492, llegó el mercantil capitalismo-feudalismo europeo con Colón.

Ante la evidencia científica aportada por la lingüística, genética, arqueología, etc., sobre el tema, solo ignorantes y auténticos eurochovinistas pueden insistir en el discurso de que Colón realizó el “Descubrimiento de América”.

4. ¿Quién era Colón?

Para saber quién era Colón basta leer su bitácora, que menciona alrededor de 140 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o equivalente. Otro acceso hermenéutico es su praxis depredadora, incluyendo la trata de seres humanos como primer esclavista del “Nuevo Mundo”. Las “Capitulaciones de Santa Fe” (1492) permiten un tercer diagnóstico, porque normativizaron jurídicamente el reparto del futuro botín colonial entre los principales sujetos de la empresa: el Estado español (Castilla y Aragón); el Estado global (Vaticano); el capital privado (comercial, bancario) y el operador del outsourcing colonial, el CEO genovés Colón.

5. Colón: Esclavista y Funcionario del Estado

Siendo los “descubrimientos” y las “conquistas” prerrogativas de los Soberanos españoles, Colón fungía como “adelantado” de una empresa pública por mandato y designio real, con funciones semejantes a las de los gobernadores (Praeses Provinciae) y prefectos romanos (Praefectus legionis). No se trataba de un inocente mercader civil, porque al recibir los títulos de almirante, virrey y gobernador para todos los territorios ganados, asumió funciones del Estado en dichas Capitulaciones. Todos sus actos violatorios de los derechos humanos consentidos o tolerados por la Corona, constituían, por tanto, actos de terrorismo de Estado.

En cuanto a capitalista mercantil las capitulaciones (convenios) le aseguraban el diez por ciento de todos los activos económicos (mercaderías) que pudiera agandallarse.

6. Carlos I: Rey por Gracia del Capital alemán

El verdadero demiurgo de la conquista y colonización fue Carlos I, rey de España de 1516 a 1556 y emperador de Alemania de 1519 a 1556. Llegó al trono vía la corrupción. El capitalista alemán Jakob Fugger, comerciante, financiero y negociante esclavista, le compró al delfin Carlos y a la dinastía de los Habsburgos la investidura monárquica. Fugger transfirió la exorbitante suma de 851.918 florines (Gulden) a siete príncipes electores (Kurfuersten), quienes nominaron al pretendiente in absentia (en ausencia) el 28 de junio de 1519, en Frankfurt, como rey alemán-romano. Casi dos tercios del monto total fueron aportados por Fugger (543.585), el tercio faltante lo pusieron el capitalista alemán Welser (143.000) y tres banqueros italianos (cada uno 55.000).

7. El Capital controla a Carlos I

Compraron el título de Carlos I de España y Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico, llamado «el César», con las ganancias derivadas de la sanguinaria acumulación originaria del capital europeo, del colonialismo y esclavismo. Los Fugger financiaron el tráfico de esclavos de Portugal en la primera mitad del siglo XVI. Los Welser participaron directamente en el tráfico transatlántico de esclavos, al igual que en las plantaciones esclavistas en Venezuela. En febrero de 1528 contrataron con la Corona (Carlos I) el derecho de exportar en las siguientes cuatro años 4000 Negersklaven (esclavos negros) hacia las colonias españolas en Sudamérica.

Cuando en 1523 las cortes de Alemania (Reichsstaende) querían limitar el poder del capital mercantil germánico y Carlos V no resolvió el problema, Jacob Fugger le recordó que él le había comprado el título de rey y emperador: “También se sabe… que Su Majestad Imperial no podría haber obtenido la corona romana sin mi intervención…”. Fugger demandó la liquidación inmediata de las deudas del Rey y éste se doblegó ante el capital financiero dominante. Rechazó la demanda de los Reichsstaende.

8. 2021 como 1492: El Sueño de El Dorado.

La violencia del actual ataque contra la Cuarta Transformación puede parecer de sujetos que sufren de disociación patológica de la realidad y de los hechos. Sin embargo, tal violencia, al igual que en 1492, está motivada por el afán expoliador. El presidente López Obrador ha sido muy cauteloso durante los primeros tres años de su gobierno, al evitar transformaciones, que pudieran romper el frágil equilibrio entre el poder legal y los poderes fácticos. Sin embargo, la actual Reforma Energética, si bien moderada, cambia tal modus vivendi, porque va más allá de aspectos reformistas parciales. Plantea, sin ambages, la cuestión del poder en la Nación: ¿Mandará en México un gobierno elegido por 53% de los ciudadanos o mandarán los Zuckerberg, Bezos, Iberdrola y Walmart?

Ésta es la raíz del actual ataque clericalfascista ibero-americano contra la Cuarta Transformación. Es el Déjà vu de 1492, con las mercaderías oro, especies, esclavos reetiquetadas como energía renovable, bancos, hoteles, minerales, comunicaciones y demás activos de la economía azteca. Los dramatis personae (elenco) del proceso no carecen de aspectos quijotescos –con perdón del gran Cervantes– como el intento de convertir al terrorista serial Cortés en un “liberador”. Aun así, se trata de un peligro geopolítico para el único proyecto histórico de transformación real de la Patria Grande, que ha quedado en pie: la Cuarta Transformación de México.

Menos mal, que en esta ocasión los agresores se enfrentan a un líder azteca a la altura de Il Príncipe: a la altura del Arte de la Guerra y del Engaño de los delincuentes renacentistas, que encabezaron la
invasión europea de 1492.


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