Mercedes vuelve al color negro con su nuevo W14 para la temporada 2023 de Fórmula 1, el coche con el que Lewis Hamilton quiere volver a reinar y con el que su compañero George Russell quiere aspirar por primera vez a estar en la pelea por el Mundial de F1. El equipo de Brackley regresa al color que en 2020 adoptó y que mantuvo durante dos campañas para enviar un contundente mensaje contra el racismo junto a Lewis Hamilton. Ese es el detalle más llamativo a simple vista. Pero el nuevo Mercedes es mucho más que pintura. Su verdadera importancia está en su concepto. Y es que lo que más llama la atención es que siguen apostando por una filosofía de coche totalmente distinta al resto: mantienen la apuesta que tanto sorprendió el pasado año de un cuerpo prácticamente sin pontones. Se trata de un coche que reduce a la mínima expresión sus barrigas laterales con una idea opuesta a equipos como Ferrari.
A resurgir tras un 2022 muy complicado
Mercedes destacó en su presentación lo mucho que sufrieron en 2022 con su apuesta de coche y el reto que supuso para el equipo, seguramente el más grande de la escudería, entender cómo hacer que ese coche rindiera como mostraban sus simulaciones. Era el monoplaza que más sufría el rebote en recta que tantos dolores de cabeza supuso para todos, y en ese aspecto, los pequeños cambios de normativa que se han hecho para evitar ese llamado ‘porpoising‘ podrían haber beneficiado más a Mercedes que al resto.
Toto Wolff, Team Principal, remarcó lo mucho que sirvió para el ánimo de la fábrica ver que poco a poco iban dando pasos al frente en 2022 cuando parecían que estaban hundidos. El conjunto de la estrella llegó a dudar si mantener su novedosa filosofía de bólido para 2023, pero su respuesta más clara llegó en su segunda parte del curso. Ahí empezaron a progresar con la implementación de evoluciones. Lo hicieron de forma enorme, hasta luchar arriba en las citas finales con un coche que incluso ganó con un doblete aplastante en Brasil. El coche confirmaba su potencial. Sufrieron en la mayoría de clasificaciones, pero en ritmo de carrera destacaron desde el inicio con una muy buena degradación de gomas. Eso sí, no tuvieron constancia en todo tipo de pistas cuando llegaron arriba y contaban con un problema enorme para pelear contra Red Bull: su velocidad en rectas era mucho menor por la mayor resistencia que ofrecía su coche al aire.
Desechar el concepto de 2022 e ir hacia un coche más parecido a Red Bull o Ferrari hubiera supuesto tirar a la basura todo el trabajo anterior y empezar el año 2023 con un coche que desconocían. Podía suponer un año perdido más. Los buenos resultados finales del año pasado dejaron claro a Mercedes que su idea tenía un gran potencial, solo había que redirigirla. Lo hicieron, como dijo Mike Elliot, director técnico de Mercedes, mejorando todos los detalles del coche tras un amplio estudio de todos sus problemas de 2022. Además, destacó el mayor cambio invisible y desconocido en todos los coches: el suelo. El suelo es el elemento que mayor carga aerodinámica aporta en estos monoplazas de la actual normativa y lo que más influye en el rendimiento del coche. Se desconoce qué trabajo han hecho en ese aspecto todos los vehículos y habrá que esperar a los test de pretemporada de Bahrein (del 23 al 25 de febrero) para empezar a ver el ritmo de todos.
Un coche muy cambiado
De la comparativa con el coche del pasado año, ese detalle es el que más llama la atención técnicamente, con un rediseño completo de esa misma idea. Mientras el año pasado tenían unas entradas de aire laterales en diagonal, yéndose hacia el exterior en su parte inferior, este año Mercedes cambió completamente esa zona con unas aperturas totalmente rectas. También se aprecian múltiples cambios en la zona frontal. En el morro se aprecian ciertas ondulaciones en su parte final y una forma más fina en su inicio. Además, la nariz presenta dos agujeros en el centro y su alerón delantero es completamente diferente.
En la comparativa lateral, se aprecia un cambio clave en la ubicación y definición de las branquias de refrigeración laterales, ahora colocadas al estilo Alpine, en la bajada de su pequeño pontón. También se aprecia una curvatura de la pared lateral superior a la del año pasado y una aleta de tiburón distinta.
La frase que mejor define el sentimiento de Mercedes la dejó George Russell, que el pasado año firmó la única pole y la única victoria del curso para los de Brackley: “Quiero ganar, es así de simple. La motivación en la fábrica era increíble porque nadie quiere repetir lo que pasó en 2022. Estamos listos para ello y estamos motivados”.
“Continuo amando las carreras, eso no va cambiar porque forma parte de mi ADN. Solo creo que las cosas van a ir a mejor. Amo los retos, mentalmente y físicamente y extraer lo máximo de uno mismo y la gente que me rodea, del coche. Lo amo”, comentó Hamilton, remarcando su motivación por el enorme reto que ha tenido que afrontar desde el año pasado. El británico quiere su 8º título y convertirse así en el más laureado de todos los tiempos. ¿Será el W14 lo suficientemente rápido para que Lewis vuelva a reeditar su duelo de 2021 ante Verstappen? Toda la F1 lo celebraría por la emoción que despertaría esa batalla. De momento, Verstappen no lo duda, y es que el neerlandés aseguró hace días que su máximo rival deben ser Mercedes y Lewis.