El colapso competitivo del Estudiantes

Los jugadores del Estudiantes tras un partido de Liga. acbmedia
Los jugadores del Estudiantes tras un partido de Liga. acbmedia

Horas después de la presentación del puertorriqueño José Juan Barea, el fichaje estrella del Movistar Estudiantes para remontar el vuelo en la Liga Endesa (16º en la tabla, con cinco triunfos y 11 derrotas), la ACB anunció la suspensión del partido que iba a enfrentar al conjunto colegial con el Gipuzkoa este sábado en San Sebastián “debido a que las autoridades sanitarias mantienen las medidas restrictivas derivadas del brote de covid-19 en el equipo visitante [con cuatro casos positivos en la plantilla, los últimos detectados hace 13 días]”, según rezaba la nota oficial. El campeón de la NBA en 2011 con Dallas Mavericks tendrá que esperar para debutar con su nuevo equipo. El colapso por el coronavirus se prolonga en el conjunto madrileño, que aún no ha disputado ningún partido en lo que va de 2021 y va a sumar como poco 36 días sin competir.

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El aplazamiento del encuentro ante el Gipuzkoa es el quinto consecutivo que sufre el Estudiantes, por causas propias y ajenas, tras los registrados ante Obradoiro, Zaragoza, Barcelona y Joventut. El conjunto de Javier Zamora no compite desde el 29 de diciembre, cuando cayó derrotado ante el Iberostar Tenerife en el WiZink Center. Las dos primeras suspensiones tuvieron que ver con un brote de covid en el Obradoiro y con las consecuencias del temporal Filomena que impidieron viajar al Zaragoza, respectivamente. La reubicación de estos dos partidos tampoco pudo cumplirse en las nuevas fechas establecidas, esta vez por la situación sanitaria de los del Ramiro de Maeztu. La carrera del Estudiantes pasa ahora por recuperar efectivos para la semana que viene, cuando tiene programadas las visitas del Casademont, en un tercer intento el 3 de febrero, y del Real Madrid, el domingo 7. Si no se pudieran disputar esos dos encuentros la situación se complicaría sobremanera puesto que llegaría el corte en el calendario por la Copa del Rey y las ventanas FIBA y el siguiente partido de los colegiales sería ante Unicaja el 27 de febrero: 60 días después de aquella derrota ante el Iberostar.

En noviembre, acorralado por la pandemia, el Morabanc Andorra se vio obligado a reprogramar seis encuentros (cuatro de ACB y dos de Eurocup) de forma consecutiva por un brote de covid que dejó al equipo de Ibon Navarro sin poder competir durante 23 días. Una dinámica similar a la que sufrió entonces el Joventut, que enlazó cuatro partidos suspendidos ese mes. En esas fechas, en Badalona precisamente, nace el primer contacto del Estudiantes con la covid. El 2 de noviembre, al día siguiente de la disputa del Joventut-Estudiantes, el club madrileño fue informado de varios casos positivos registrados en la Penya. Siguiendo los protocolos sanitarios, los de Ramiro suspendieron los entrenamientos grupales programados y los jugadores realizaron entrenamientos individuales sin contacto físico con sus compañeros hasta tener los resultados de unas pruebas PCR’s que, en primera instancia, resultaron negativas. Así mismo se realizaron test de antígenos con resultado negativo para toda la plantilla el 4 de noviembre. Sin embargo, en los tests de confirmación del día siguiente apareció el positivo de Edgar Vicedo, por lo que no pudieron reanudarse los entrenamientos hasta un nuevo test de validación para el resto de la plantilla.

El jugador positivo quedó aislado en su domicilio con sintomatología leve y los sucesivos tests no revelaron ningún caso más en la plantilla del Ramiro por lo que el Estudiantes-Barça de la 10ª jornada se pudo disputar con normalidad. Ya enero, después de sufrir por causas ajenas los aplazamientos ante Monbus Obradoiro y Casademont Zaragoza, la covid colapsó el vestuario del Estudiantes. Al primer positivo, detectado el 15 de enero, se sumaron otros tres casos más en las pruebas de respaldo a las que se sometió la plantilla al día siguiente. El protocolo sanitario de la ACB, redactado a comienzo de la competición, determina la existencia de un brote en un equipo cuando se detecten “tres o más casos positivos por infección activa”. Este sábado se cumplían apenas 14 días desde la detección del último caso en el equipo de Javier Zamora, que espera una tregua de la enfermedad y la luz verde sanitaria para poder competir, para empezar a competir en 2021. JJ Barea espera para “ejercer el liderazgo que necesita el equipo”, como anunció en su presentación. “En este grabado (medieval) aparece uno de nuestros community manager haciendo la crónica del último partido de Liga que pudimos jugar”, bromeaba el club en sus redes sociales, poniendo buena cara a los malos tiempos.

Hasta la fecha, la Liga ACB acumula nueve partidos aplazados y pendientes de disputar en 22 jornadas. El Estudiantes tiene el récord con cinco suspensiones, le siguen Obradoiro, con tres encuentros reprogramados, y Morabanc Andorra y Real Madrid, con dos por recuperar. Para reaccionar a la incertidumbre, la ACB preparó 17 modelos de calendario alternativo para esta temporada, en función del espacio entre competiciones y la hipótesis de suspensión de jornadas completas; y otros 20 calendarios más para contingencias más abarcables como la recuperación de partidos sueltos. Un total de 37 alternativas para un curso que avanza superando brotes y sorteando olas.


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