Zoom Video Communications ha conseguido convertir en clientes de pago la extrema popularidad alcanzada por su aplicación para videollamadas durante el Gran Confinamiento. La empresa ha sido una de las grandes beneficiadas del distanciamiento forzoso en el entorno de trabajo, en la educación y en la vida social por la obligación o recomendación de quedarse en casa para buena parte de la población mundial. En algunas fechas hasta 300 millones de personas han usado Zoom el mismo día.
Las ventas se dispararon en el trimestre terminado en abril un 170% hasta 328,2 millones de dólares, 292 millones de euros. Los analistas, en promedio, esperaban 203 millones de dólares. El beneficio, excluyendo extraordinarios, fue de 20 centavos por acción, comparado con una previsión media de 9 centavos. Para el trimestre actual se prevén ingresos de hasta 500 millones de dólares, 446 millones de euros, según la compañía con sede en San José, California, que espera también una evolución similar en lo que queda del año. La previsión para 2020 es de 1.800 millones de dólares en ingresos (1.600 millones de euros), casi el triple que el año pasado y el doble de lo previsto por el mercado.
Aunque los problemas de seguridad y privacidad afectaron a Zoom en las primeras etapas de la la cuarentena, el servicio ha terminado siendo esencial, atrayendo algunos días 300 millones de participantes en sus reuniones, gratuitas durante los primeros 40 minutos. En diciembre los mejores datos eran de 10 millones de usuarios al día.
Pero, además de la atención mediática y de los usuarios, los resultados apuntan que la empresa puede atraer clientes de pago y competir con los servicios equivalentes Microsoft, Cisco o Google. El director ejecutivo, Eric Yuan, ha intentado asegurarse de que la plataforma absorba la gran demanda de ciudadanos confinados en sus casas. Según los directivos, la firma ha acelerado los planes de expansión para aprovechar el tirón actual, contratando espacio de Oraclo o Amazon Web Services. La compañía dijo que terminó el trimestre con unos 265.400 clientes empresariales con más de 10 empleados, más del cuádruple que un año antes. De ellos, 769 han gastado más de 100.000 dólares en Zoom en 12 meses.
La compañía ha añadido que ya no alcanza las cotas máximas de 300 millones de usuarios, pero no ha registrado grandes descensos de uso en las zonas donde se ha levantado el confinamiento. Algunas instituciones educativas que enseñan a través de Zoom han decidido dar clases virtuales al menos hasta el otoño. El fabricante de software dijo que su mercado potencial se ha expandido más allá de una estimación de 43.000 de dólares (38.000 millones de euros) para 2022 según IDC.
Con la popularidad de Zoom ha llegado también la controversia sobre la seguridad. Trolls han invadido un sinnúmero reuniones, encuentros religiosos y otros eventos, para blasfemar, compartir pornografía o proferir insultos racistas, un fenómeno conocido como “Zoombing”. La empresa ha destacado varias vías para evitar estas situaciones.
En algunos casos, las llamadas de Zoom fueron enrutadas a través de servidores en China, incluso cuando ningún participante estaba basado allí, y en ocasiones la empresa envió metadatos de los usuarios a Facebook. La empresa puso fin a ambas prácticas y se comprometió a reforzar la privacidad por encima de todas las demás preocupaciones. Así, ha adquirido una empresa de encriptación, Keybase, y contratado expertos en ciberseguridad.
Los clientes corporativos tendrán acceso al servicio de encriptación ahora en desarrollo, que hace imposible descifrar conversacioens, pero no los usuarios gratuitos, aseguró Yuan: “No queremos dar acceso genérico [a la encriptación] porque queremos trabajar con el FBI y las fuerzas del orden en caso de que algunas personas usen Zoom para un mal propósito”.
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