El coronavirus disparó un 18% las muertes registradas en España durante 2020


España registró un total de 493.776 fallecimientos durante los 12 meses de 2020, de los cuales 60.358 fueron a causa de la covid con el virus identificado, además de otros 14.481 en los que existió la sospecha de que esta fuera la causa por síntomas compatibles aunque el patógeno no llegara a ser detectado. Así lo recoge la contabilidad del Instituto Nacional de Estadística (INE), que destaca que la tendencia al alza de la mortalidad registrada durante las dos últimas décadas debido al envejecimiento de la población se disparó el año pasado a causa de la pandemia, con un crecimiento del 17,9% (75.000 más).

Pese al fuerte impacto del virus, la principal causa de muerte registrada en el país en 2020 fueron un año más las enfermedades del sistema circulatorio (casi 120.000), seguidas de los tumores (113.000). En tercer lugar sí se situaron en 2020 y las “enfermedades infecciosas y parasitarias”, con un total de 81.000 fallecimientos. Respecto a 2019, este epígrafe registró el año pasado un incremento del 1.220%, según los datos del INE.

Las cifras recogen que el mayor incremento relativo de muertes por edades en relación con 2019 se produjo el año pasado entre las personas de 70 a 79 años (un 20,5% más), seguido por las personas de 80 o más años (una subida del 19,5%) y los sexagenarios (14,5% de incremento).

El INE, que utiliza como fuente los certificados de defunción firmados por los médicos siguiendo la metodología establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), divide las muertes relacionadas al coronavirus en dos grupos: causa de muerte “con el virus identificado” y “sospecha de covid-19 por tener síntomas compatibles con la enfermedad”.

Las muertes con el virus identificado se produjeron principalmente en centros hospitalarios (79,5% del total), mientras entre los casos en los que el médico hizo constar su sospecha dominan en las residencias sociosanitarias (51,9% del total). En los primeros fallecieron 47.207 personas con el virus identificado y 4.814 por sospecha; en las segundas fueron 10.010 y 7.339, respectivamente. En domicilios particulares, 2.108 y 1.922 de cada uno de los grupos.

Los nuevos datos del INE coinciden en lo esencial con los ya avanzados durante los últimos meses por el sistema MoMo del Instituto de Salud Carlos III, que monitoriza los excesos de mortalidad que se van produciendo a lo largo del año. Según el último informe disponible, fechado el pasado 2 de noviembre, durante 2020 se registraron dos periodos en los que la cifra de fallecidos superó los registros históricos atribuibles al coronavirus. Durante el primero, que abarca del 10 de marzo al 9 de mayo de 2020, hubo 46.635 muertes más de las esperables. En el segundo, del 1 de septiembre al 25 de diciembre, el exceso de fallecimientos fue de 21.821. La suma de ambos periodos asciende a 68.456 muertes de más. Esta cifra es un 34% superior a las 50.837 defunciones del informe del Ministerio de Sanidad del 31 de diciembre pasado, un desajuste que ya se conocía debido, sobre todo, a los decesos de la primera ola que no se inscribieron porque no había un diagnóstico.

El MoMo detectó un tercer periodo de exceso de mortalidad, ocurrido en verano (con 4.544 fallecimientos), aunque este es atribuible al calor, como ya ha ocurrido en otros años. Además, la incidencia por coronavirus durante el verano de 2020 fue muy baja debido a las duras restricciones vigentes en los meses anteriores.

La diferencia de 8.000 fallecidos de más detectados por el MoMo, que utiliza como fuente un total de 3.999 registros civiles, respecto a los registrados por el INE se deben en buena parte —más allá de alguna diferencia metodológica— a lo que los expertos llaman “mortalidad indirecta”. En una entrevista concedida a EL PAÍS en abril de 2020, la directora del Instituto de Salud Carlos III, Raquel Yotti, definía este concepto con las siguientes palabras: “Es algo que ocurre en situaciones de epidemias o catástrofe, cuando la estructura sanitaria y social se ve alterada de forma abrupta. La gente retrasa el momento de acudir al hospital, para evitar saturarlos o por miedo al contagio. Los servicios sanitarios tampoco llegan siempre a tiempo: los hospitales estos días están atendiendo muchos menos infartos de lo habitual, lo que quiere decir que estos no llegan. Y luego hay colectivos vulnerables, como los mayores, que viven solos y estos días se quedan sin la red familiar o social que habitualmente detecta y alerta cuando les ocurre algo. La desestructuración de todos los sistemas de apoyo incrementa la mortalidad a todos los niveles”.

Las terribles cifras de fallecimientos causados por la pandemia, que llegaron a ser de casi un millar diarios en los peores momentos, se han reducido drásticamente en la actualidad, principalmente debido a la reducción de la incidencia y de los casos graves gracias a las vacunas. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, casi el 80% de la población española (el 88,8% de la población diana, los mayores de 12 años) ya ha completado la pauta.

Fallecidos y covid hoy

Pese a ello, sigue produciéndose un número importante de fallecimientos, 857 notificados por Sanidad en los últimos 30 días, relacionados con el coronavirus. En algunos casos, la causa directa de la muerte es la infección, mientras en otros el virus contribuye a empeorar las enfermedades de base que sufre el paciente.

La gran mayoría de los fallecidos siguen siendo personas mayores, en muchos casos con el sistema inmunitario debilitado. Según los últimos datos del Instituto de Salud Carlos III, desde el 20 de junio, cuando se inició la quinta ola, tres de cada cinco fallecidos tenían más de 80 años y cuatro de cada cinco, más de 70. Aunque el Ministerio de Sanidad no aporta datos sobre el estatus vacunal de los fallecidos, las estadísticas muestran que prácticamente la totalidad de estas franjas de edad han recibido la pauta completa, por lo que cabe inferir que la mayoría de estos difuntos estaban vacunados. Son por lo general ancianos que partían de una frágil situación de salud, con comorbilidades, en quienes una infección puede producir una descompensación que acaba con la muerte, informa Pablo Linde.

Por lo general, las personas más ancianas ni siquiera pasan por las unidades de cuidados intensivos, ya que su estado es demasiado frágil para intervenciones tan agresivas. Sí suelen pasar por UCI los menores de esta edad que enferman muy gravemente. Uno de cada cinco fallecidos desde junio tenía menos de 70 años. De nuevo, no hay estadísticas para saber si estaban vacunados o no. Pero una docena de intensivistas consultados en las últimas semanas por este periódico confirman que la gran mayoría de quienes acaban en las UCI son personas que no habían recibido la pauta completa.


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