El coronavirus sí existe, yo me quedé sin mamá: Jimena Juárez

‘Nos ven como los apestados de la cuadra’, afirmó la habitante de Juchitán, Oaxaca, quien añadió que ahora viven con la discriminación por parte de sus vecinos.

Por Diana Manzo

Juchitán, Oax.- Jimena Juárez* no puede con su dolor, siente que los días pasan muy lentos y sus lágrimas no dan para más llanto.

Hace tres días su madre falleció después de vivir dos días con síntomas de Covid- 19.

Elena* tenía 58 años de edad y era originaria de Juchitán, una de las ciudades de Oaxaca en donde se ha dado un crecimiento acelerado de contagios y muertes por el coronavirus SARS-CoV-2, por lo que las autoridades decretaron a partir de este lunes cierre total de comercios y actividades por cinco días.

No pudo velarla ni mucho menos darle un entierro digno como hubiera querido y como se vive el ritual a la muerte en esta zona de Oaxaca.

Esta vez no hubo flores ni velas, tampoco vecinos ni amigos que la acompañaran. Jimena y sus hermanos prefirieron cremar el cuerpo de su madre y sus cenizas dejarlas en el panteón Domingo de Ramos, donde reposan al lado de su padre.

Según los reportes de la Regiduría de Panteones del ayuntamiento de Juchitán, el día que Elena fue enterrada, otras cinco personas más también fueron sepultadas, tres de ellas por coronavirus y dos por paro respiratorio.

Desde hace 15 días los números de muertes han crecido en Juchitán, suman más de 80 personas que han perdido la vida a causa de este virus, según el registro de fallecidos que reporta la autoridad municipal, contrario a lo que indica la autoridad de Salud que reporta solo 21 defunciones en Juchitán.

Jimena toma un respiro exclama: “Covid-19, esta bendita enfermedad claro que existe, a mí me dejó sin mamá, por eso debemos cuidarnos y no dejar que nuestros familiares fallezcan. Todo pasa muy rápido, que ni cuenta te das, de repente vez a la persona que ya no respira, y ya murió, así me pasó con mi madre”.

Desconoce dónde pudo contagiarse su madre. “Solo acudía al mercado y a la tienda de la esquina, mi madre ni salía, mis hermanos y yo somos los que andábamos en la calle por la necesidad del trabajo, porque no tenemos uno seguro”.

Además de la tristeza, la preocupación ahora son los gastos funerarios que aún se adeudan, pues los restos de su madre fueron cremados y el costo fue de más de 15 mil pesos, dinero que pidió prestado y que pasarán meses en que los pague.

“Nadie se espera una muerte y más con este virus, realmente es una situación muy horrible, triste y se vive una tensión enorme, con decirte que en un solo día gasté seis mil pesos de medicamentos, nadie espera morir, por eso crean en este virus, sí existe”, afirmó.

“Nos ven como los apestados de la cuadra”

Ahora que su mamá falleció, Jimena se enfrenta a otra situación, la discriminación y el estigma porque sus vecinos murmuran y hasta los vendedores ambulantes han dejado de circular por su casa por el temor a un contagio.

“Nos ven como los apestados de la cuadra y se siente feo”, comentó Jimena, quien apenas y comprende que su madre falleció y que no la volverá a sentir.

“La señora del atole, el que nos vende las tortillas, las propias vecinas tienen miedo, y se siente muy feo, pero lo peor es que señalan y estigmatizan, realmente es una situación muy tensa, pero que estamos enfrentando solos y no queda de otra”.

Vivir la muerte y ahora salir a la calle le cuesta mucho, ella recomienda redoblar los esfuerzos y las medidas de prevención.

“Mi madre se contagió sin que supiéramos en dónde o cómo. Estamos muy tristes, no lo aceptamos aún. La recomendación es que la gente se cuide, se proteja y acepte que el coronavirus vive aquí con nosotros y debemos cuidarnos”.

* Los nombres fueron cambiados por seguridad




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