El Watford se despidió de la Premier League en la primera de las tres finales que tenía por disputar. El cuadro de Roy Hodgson cayó contra el Crystal Palace por la mínima (1-0) y confirmó su vuelta a la Championship una temporada después de regresar precisamente de la segunda división inglesa.
El partido de los Hornets fue de poca fe. Dio la sensación que el equipo se daba ya por descendido porque le faltó ese fuego en los ojos y el hacer la vida imposible a un rival que se jugaba también su propia tranquilidad.
Lo peor es que todo llegó de la manera más dolorosa, de penalti. Kamara, que fue el protagonista negativo del partido, cometió penalti tras tapar con los brazos un cabezazo de Olise, que estuvo tan activo como de costumbre. Zaha, desde los once metros, no perdonó (31′).
En los últimos minutos de ese primer tiempo fue cuando el Watford, liderado por Moussa Sissoko, intentó hacer más daño, pero se encontró sin fortuna en esas llegadas y allí pareció agotarse sus ideas.
No como el Palace, que si en ya había tenido ocasiones claras para confirmar todavía más su ventaja, se sintió cuando Kamara, autor del penalti, decidió derribar a Olise, quien se le había ido, para acabar viendo la segunda amarilla y ser expulsado.
Vieira gestionó esa superioridad sin prisas, sin arriesgar la victoria, e incluso pudo hacer algún gol más, pero Foster se empeñó en sacarlas, especialmente una muy clara de Matetá.