El culebrón de los presupuestos de Almeida llega a su capítulo final con el voto telemático como último suspense

Fin. La votación de los presupuestos más convulsos de Madrid llega este miércoles a su último capítulo, con suspense, claro. Solo faltaba. PP y Ciudadanos ―el matrimonio político capitalino formado por José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís, que va camino de su tercer año con más sombras que luces y que tiene los días contados por sus numerosos rifirrafes internos― anunciaron a los madrileños este lunes que habían alcanzado un acuerdo con los cuatro concejales del Grupo Mixto para sacar adelante los Presupuestos de 2022. Sin embargo, a última hora del lunes, uno de los ediles del Grupo Mixto renunció a su acta como concejal. Se mostró en contra del acuerdo y pilló desprevenidos al resto.

Así, Almeida se enfrenta este martes a una votación que camina sobre el filo de una navaja. Más aún con el voto telemático a cuestas por la cantidad de ediles que se encuentran confinados por el azote de la sexta ola de la pandemia. Las cuentas son claras. PP y Ciudadanos suman 26 concejales. Necesitan tres votos para alcanzar la ansiada mayoría de 29 concejales. Tras la renuncia de uno de los cuatro concejales del Grupo Mixto no puede fallar nada. De lo contrario, las cuentas de Almeida no saldrían adelante.

Los terceros presupuestos de Almeida tienen más contenido político que económico. Vox, su socio prioritario y al que el propio Almeida había mimado a diario durante los tres últimos años y más aún durante las últimas cinco semanas, se salió de la ecuación por sus continuos rechazos hacia el alcalde tras la vuelta del verano. No han tolerado que incumpliese su promesa electoral de retirar Madrid Central. La formación de Santiago Abascal, tras el acuerdo con el Grupo Mixto, ha iniciado ahora una ofensiva sin precedentes contra Almeida. Vox ha entrado de lleno en la lucha por dividir más aún al votante conservador del PP. “Almeida no es como Ayuso”, señala su portavoz, Javier Ortega Smith. Desde el lunes, la formación de extrema derecha ha activado una campaña en todas sus redes sociales para atacar con fiereza a Almeida. En Instagram, por ejemplo, Smith ha publicado una foto con el manido eslogan de la presidenta Isabel Díaz Ayuso: “Comunismo o libertad”. Comunismo, eso sí, es una foto conjunta de Almeida con Manuela Carmena y Marta Higueras, portavoz actual del Grupo Mixto. La palabra libertad lleva el rostro de Smith. El equipo del alcalde contrarrestó la ofensiva con cuatro entrevistas en los medios conservadores.

En la otra balanza de los Presupuestos, el Grupo Mixto, formado por los cuatro concejales que se marcharon de Más Madrid en abril de este año por desavenencias con la actual portavoz de la formación y líder de la oposición, Rita Maestre. Más Madrid ganó las elecciones con 19 concejales. Bien. Cuatro horas después de la firma del acuerdo en un rincón de la plaza de la Villa de la capital, uno de los cuatro ediles del Grupo Mixto dio un portazo. Anunció a través de una carta enviada a la agencia Europa Press que se bajaba del barco. No compartía la firma del acuerdo de sus tres compañeros. “Él siempre nos había mostrado reticencias al acuerdo, pero no nos había puesto en esas disyuntivas”, cuenta por teléfono José Manuel Calvo, uno de los tres ediles que sí votará a favor del acuerdo. “Felipe siempre se ha mantenido en un segundo plano durante las negociaciones. Había sido reacio a llegar a acuerdos con la derecha. Nos enteramos de su renuncia por un mensaje de WhatsApp y, minutos después, a través de los medios”. El edil que ha renunciado es Felipe Llamas, que fue jefe de gabinete de Carmena durante su etapa como alcaldesa. Llamas, consultado por este periódico, prefiere esperar unos días antes de hacer más declaraciones. Tras la marcha de Llamas, que formaba parte de la lista de Más Madrid, el nuevo concejal será Chisco Fernández. Es decir, que Más Madrid pasaría ahora de 15 a 16 concejales en el Ayuntamiento.

Según el relato del propio Calvo, la negociación de los presupuestos fue una negociación a dos bandas. Por un lado, Higueras con Villacís. Y por otro, el también edil del Grupo Mixto Luis Cueto con la concejal de Hacienda del PP, Engracia Hidalgo. “Llamas siempre se mantuvo en un segundo plano durante las negociaciones. Él apostó por llegar a acuerdos con el resto de partidos de izquierda, pero le dijimos que era imposible”.

Durante toda la jornada del lunes, los cuatro ediles intentaron reunirse, pero no fue posible. Llamas se mostraba distante, siempre según la versión de Calvo. “No contestaba a los mensajes”. Llamas era partidario de ir hacia una prórroga, alargar las negociaciones el máximo tiempo posible para incluir al otro bloque de izquierdas, formado por PSOE y Más Madrid, sus antiguos compañeros. Una idea que a la vista de todos era prácticamente una quimera. “Le dijimos que no”, subraya Calvo. “Nosotros le dijimos que había que firmarlo ahora porque era cuando Almeida estaba más débil. Pensamos que hemos logrado un acuerdo muy potente”. ¿En qué situación queda el Grupo Mixto tras la marcha de Llamas? “Nuestra intención es seguir el resto de la legislatura. El objetivo que se persigue es una nueva manera de hacer política en Madrid y que se traslade en una candidatura progresista de división amplia”.

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