Pocos jugadores grandes de la historia habrá de los que se recuerde su apodo más que su nombre. Al menos no con tanta fuerza como la de Pelé, que en su pelea con Leo Messi, Maradona, Cruyff o Cristiano Ronaldo por ser el más grande de todos los tiempos, es el único al que no se le conoce por su nombre.
Edson Arantes do Nascimiento fue el nombre que le otorgaron Joao Ramos y María Celeste, sus padres, pero no duraría por mucho, a nivel futbolístico pero también personal. Muchas han sido las teorías acerca del nacimiento del apodo Pelé, pero todo se remonta a su niñez y, no solo eso, sino que tiene una historia bastante curiosa.
Pelé, bajo palos
El icónico futbolista del Santos, delantero que marcó 1.282 goles y que condujo con su excelencia futbolística a Brasil a sumar sus tres primeros mundiales, recibió su apodo por un referente futbolístico. No un punta, como lo que él terminó siendo, sino todo lo contrario, por un portero. Su tío Jorge lo reveló hace tiempo. Cuando Edson era un crío lo metían a jugar de guardameta porque era tan bueno que era una forma de equilibrar los partidos y sus compañeros, al ver sus estiradas, empezaron a decir “se cree Bilé”, portero con el que jugó su padre. Y así, con el paso de los años, ese apodo terminó en convertirse en el de Pelé para, años más tarde, acabar con todos los guardametas que le salieron a su paso.