El Valencia Basket ha recibido 85 o más puntos de sus rivales en ocho de los diez últimos encuentros que ha disputado entre la Liga Endesa y la Euroliga y ha caído en todos ellos, como le ocurrió este miércoles en la pista del UCAM Murcia donde perdió por 90-82.
Esta profunda desconexión defensiva empezó hace algo menos de un mes en la pista del AS Mónaco, donde cayó por 90-79 en la Euroliga. De ahí viajó a la pista del Casademont Zaragoza, donde perdió por 86-75 en la ACB.
En cambio, antes de esos choques, había vencido en el torneo europeo al Fenerbahce dejando al equipo turco en 80 puntos (82-80) y había enlazado cuatro triunfos en la liga española (ante el Gran Canaria, el Tenerife, el Girona y el Granada) en los que sus rivales habían anotado entre 72 y 76 puntos.
Tras la derrota en Zaragoza, llegaron las dos europeas que acabaron con sus opciones de clasificarse para los cuartos de final de la competición y lo hicieron con dos resultados casi idénticos y de nuevo con sus rivales con una alta anotación. En la pista del Estrella Roja cayó por 92-73 y en la del Zalgiris lo hizo por 91-74. En su vuelta a la ACB, mejoró algo sus prestaciones atrás pero el Cazoo Baskonia le ganó por 81-85.
El encuentro ante el Virtus Bolonia del 6 de abril, intrascendente, rompió con esa racha de cinco derrotas seguidas y el Valencia lo ganó con cierta solvencia y controlando la anotación del equipo italiano (79-68). Pero en la pista del Joventut volvió a perder por 85-70 y el técnico Álex Mumbrú hizo patente en la sala de prensa su decepción con el equipo y con algunos jugadores en particular. En la despedida de la Euroliga, también sin nada en juego para el Valencia, el Barça le anotó los mismos puntos (85-71).
La segunda victoria en esta serie de diez choques llegó el pasado domingo en la Fonteta ante el Betis, al que también dejó por debajo de la barrera de los 85 puntos al doblegarle, no sin dificultades, por 87-81. La serie de diez choques acabó en Murcia, un partido en el que perdió por 90-82 y tras el cual Mumbrú lamentó de nuevo las desconexiones que sufre su equipo durante los partidos.