Eibar y Alavés se han batido en duelo de manera oficial 37 veces, pero un derbi siempre resulta único. Nunca defrauda, sobre todo, por la sana rivalidad existente. Tanto equipos como aficionados tienen marcada en rojo esta cita desde que se sortea el calendario. Es más, los entrenadores de los cuatro clubes vascos que compiten esta tarde entre sí (también se disputa un Osasuna-Athletic) compartieron mesa y mantel anteayer por la noche en una sociedad gastronómica.
Los armeros suman 17 victorias, nueve empates y 11 derrotas contra los babazorros, marcando 46 goles y encajando 32. La categoría en la que se han medido más habitualmente ha sido la Segunda División, con 22 enfrentamientos; han sido ocho sus choques en Segunda B, mientras que hoy se verán las caras en Primera por séptima vez (el partido restante corresponde a la Copa).
En la memoria de todos los seguidores azulgranas está lo ocurrido hace cinco años y medio. El Eibar certificaba su histórico ascenso a Primera venciendo por la mínima a la escuadra babazorra con un solitario tanto de Jota
Peleteiro. Desde entonces ahí sigue y no pretende moverse.
Para prolongar su sueño dorado debe continuar mirando hacia delante, y lo más inminente es lograr un resultado positivo frente a los vitorianos, con quienes llegan empatados a 15 puntos. José
Luis
Mendilibar cuenta con toda su plantilla disponible menos Sergio
Álvarez por lesión. El resto de futbolistas están convocados para comer juntos en el txoko y deberá haber otros tres descartes por decisión técnica. Aun así, no se esperan demasiados cambios en una formación titular donde ya es frecuente el sistema 1-4-4-2.
Enfrente estará Asier
Garitano, que cuenta con dos importantes ausencias por sanción: Víctor
Laguardia y Manu
García, los dos capitanes. Por otro lado, recupera a Rodrigo
Ely y Wakaso
Mubarak. Este será su cuarto duelo regional del curso y de momento lo ha perdido todos.
La mala imagen ofrecida en sus visitas de forma consecutiva a San Mamés y Anoeta en septiembre hizo que se encendieran todas las alarmas, aunque después los jugadores fueron capaces de reaccionar. Por su parte, en El Sadar completaron una actuación aseada este mismo mes, si bien tampoco les sirvió para puntuar.
Problemas a domicilio
Al bloque gasteiztarra le cuesta mucho sumar fuera y sólo ha conseguido rascar un empate esta campaña lejos de su feudo mientras que los eibarreses sustentan sus recientes éxitos al abrigo de su público.
Si nos atenemos a esta circunstancia la victoria local podría parecer casi segura. No obstante, cada jornada es completamente distinta. Más todavía porque medirse al vecino tiene connotaciones y matices especiales.
Además, se prevé que la lluvia dé una pequeña tregua durante el encuentro por lo que el espectáculo ganará enteros. Eso sí, están garantizados tanto el color como el calor, para combatir las gélidas temperaturas que estamos teniendo últimamente. Los hinchas desde la grada, que presentará un magnífico aspecto, se encargarán de ello.
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