COPENHAGUE – El inventor danés
Peter Madsen, condenado a cadena perpetua por torturar, matar y desmembrar en
su submarino a la periodista sueca Kim Wall en 2017, admitió por primera vez la
autoría del crimen en un programa emitido este miércoles.
Madsen, de 49 años, asegura en
una entrevista telefónica que no es una persona violenta y que solo se hace
daño a sí mismo, pero que Wall “pulsó algunos botones” con sus
preguntas y tocó “una mina” que luego explotó y la acabó matando.
“¿Y es ahí cuando te
provoca y todo sale mal definitivamente, y en vez de lastimarte acabas
matándola?”, le pregunta el periodista, a lo que Madsen responde:
“Sí”.
El inventor no da sin embargo
más detalles de cómo murió la periodista, pero resalta que fue culpa suya y que
cometió el delito, según “Las grabaciones secretas con Peter Madsen”,
un programa cuyo primer capítulo fue difundido el miércoles por el canal
Discovery.
Según informó el canal, Madsen
habló más de veinte horas por teléfono con un periodista, que grabó sin su permiso
las conversaciones, aunque el inventor accedió finalmente a su publicación.
La Justicia declaró culpable en
abril de 2018 a Madsen de agresión sexual “de carácter especialmente
peligroso” y en circunstancias “agravantes”, homicidio
premeditado y trato indecente a cadáver, en uno de los casos más macabros en la
historia de Dinamarca.
Pasaron más de tres décadas para dar con el paradero de uno de los asesinos en serie más temidos de EEUU. Esto dijo antes de su esperada sentencia.
La sentencia consideró probado que Madsen lesionó a Wall en la vagina y el torso con instrumentos como destornilladores afilados de medio metro y que además luego cortó y arrojó su cadáver al Mar Báltico para ocultar pruebas. Wall había entrevistado a Madsen antes.
Madsen salió a navegar el 10 de
agosto de 2017 por la tarde con Wall y fue el novio de ésta quien, horas
después, alertó a las autoridades, que pusieron en marcha un dispositivo de
emergencia que acabó al día siguiente, cuando el inventor reapareció solo en el
submarino en la bahía de Køge, al sur de Copenhague.
El hombre aseguró al principio
haber desembarcado a Wall la noche anterior en el puerto, pero luego habló de
muerte accidental, y volvió a modificar su explicación varias veces cuando los
restos mutilados fueron apareciendo en el Báltico.
“Cohete” Madsen, como
le llama la prensa danesa, se hizo muy conocido por sus diseños de submarinos y
por fundar una firma con el objetivo de lanzar al espacio monoplazas tripulados
y que ha hecho despegar con éxito cohetes experimentales sin personas a bordo.
Desde su entrada en prisión ha
mantenido relaciones afectivas con varias supuestas admiradoras, y en enero
pasado se casó con una artista y activista rusa.