El árbitro esloveno Slavko Vincic está de suerte. Su pésima actuación en el césped de San Siro en el Inter-Barça (1-0) quedó eclipsada por una labor todavía peor, la del neerlandés Pol van Boekel en el VAR, donde fue incapaz de corregir algunos de los graves errores de su colega pese a disponer de las imágenes de TV. Sus tristes antecedentes con el Barça, además, le convierten en sospechoso.
En ese sentido, sorprende una respuesta suya en una entrevista que concedió en 2009 con motivo de su debut como árbitro internacional a la web de la Federación de Países Bajos. Preguntado por un estadio donde le gustaría arbitrar, contestó así: “El Camp Nou de Barcelona”.
Lateral derecho durante su humilde etapa como futbolista, asesor hipotecario en un conocido banco de su país, árbitro por influencia de su padre, que también se dedicó al silbato… Afortunadamente, visto lo visto con su gestión del VAR ante Bayern e Inter, nunca arbitró en el Camp Nou y posiblemente nunca lo hará en el césped porque tiene 47 años y desde agosto de 2019 no dirige partidos internacionales de clubs.
Pero sí podría supervisar desde el VAR algún partido del Barça como local, igual que hizo en la ida de los octavos de final de la Champions 2020-21. Y tampoco tuvo suerte el Barça, aunque en aquella ocasión no se recuerdan polémicas. Acompañó desde el VAR a Björn Kuipers en aquel doloroso 1-4 del PSG.
En alguna victoria azulgrana también estuvo en el VAR, que tan gafe no ha sido siempre, como en el 2-4 en Nápoles de la pasada temporada ya en la Europa League, entonces con el ruso Sergei Karasev en el césped.