Hay veces que uno nota que se le va a torcer el día a las primeras de cambio. Como si uno se hubiera levantado con el pie izquierdo. Y no hay manera de remontar el vuelo. Más o menos es lo que le sucedió el domingo a Yeray Álvarez, diana de las desgracias concatenadas.
En el primer tiempo estuvo a punto de marcar después de un espectacular cabezazo que se encargó de abortar Oblak con una de las paradas del presente campeonato. Una vez más se le negó el gol, como le sucedió temporadas atrás cuando le anularon un tanto ante Las Palmas.
Como el día estaba torcido, estuvo desafortunado al intentar sacar controlado el balón un par de minutos después de que Muniain hubiera anotado el primer tanto del encuentro.
Para más inri se llevó un cabezazo de Diego Costa en un balón por alto en el área de los bilbaínos. Y como estaba claro que no era su día, se llevó un balonazo de Lodi tras el saque de una falta.
A sacarse la espina
Quizá mañana se rompa la racha y el defensa de Barakaldo acabe con este mal fario. Tal vez a la salida de un córner, si es que lo ejecutan con más tino, pueda servir para sacarse la espina. Fue una lastima lo del domingo, porque el central tuvo buenos momentos ante los colchoneros.
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