Horacio
Gaggioli hace años que dejó Barcelona para instalarse junto a su esposa en Andorra. Se acostumbraron rápidamente a la vida en el Principado, a las montañas, la tranquilidad, las jornadas en el club para practicar deporte, los paseos. Gaggioli viaja continuamente para ver fútbol y para acompañar a los futbolistas a los que representa, entre otros a Marco
Asensio, en plena fase de recuperación de la rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de su rodilla izquierda. Pero son muchos los jóvenes a los que asesora, algunos tan talentosos que hace que se le iluminen los ojos.
En el 2000 salió de Rosario para instalarse en España. Traía un encargo, conseguirle una prueba a un niño muy talentoso pero con un problema de crecimiento. Cuando Horacio te cuenta la historia – es cierto, la he escuchado muchas veces de su boca- podría hasta describirte los olores: lo recuerda absolutamente todo. No sabía Gaggioli si instalarse en Madrid o Barcelona, incluso le daban más posibilidades en la capital, pero el azar y el tener un conocido en la Ciudad Condal hizo que recayese en Barcelona y que se dirigiera primero al Camp
Nou para pedir una prueba.
No podemos decir que el destino jugase a favor del Barça cuando Charly Rexach subió a uno de los campos de La Masia donde estaba probando Leo
Messi porque Charly trabajaba en el FC Barcelona y sabe tanto de fútbol que tendría que ser eterno. Pero que ese día el ‘noi de Pedralbes’ subiera esas escaleras y dijera que firmaran a ese niño sí o sí fue clave para que hoy el Barça celebre el sexto Balón
de
Oro de Messi con la camiseta blaugrana.
Nadie sabe qué habría pasado de aterrizar Horacio en Madrid y si Lorenzo Sanz y el Real
Madrid habrían costeado el tratamiento. Pero esa fue la vez que estuvo más cerca Messi del Madrid. Es cierto, años más tarde, en pleno ‘caso Hacienda’, Florentino
Pérez se acercó al entorno de Messi para intentar ficharle. Leo dijo no.
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