Hace varias semanas, Jacques Villeneuve, ex piloto de F1 y campeón del título en 1997, atendió a MD en el paddock del GP de Italia de F1, en Monza, circuito en el que unos días después iba a subirse al Alpine A521 del pasado año en honor a los 25 años que su título cumplirá el próximo 26 de octubre. El canadiense logró la corona con un Williams motorizado por motor Renault, y por ello, la casa francesa le iba a poner a los mandos del coche que pilotaron Fernando Alonso y Esteban Ocon el pasado año, con el asturiano acompañándole en un día importante.
Antes, Jacques, recordaba para MD aquel curso en el que fue campeón. Se quedaba con un momento concreto que ya es historia de la F1: “Sin duda, me quedo con lo que viví en Jerez (GP Europa de 1997), donde me llevé el campeonato en la última carrera. Cuando se acaba el trabajo de toda una temporada y te lo juegas todo a una carta en la última carrera, y encima después de un año tan difícil, la energía y lo que sientes al lograrlo es increíble. No lo olvidaré nunca”, apuntaba el canadiense a sus 51 años (9 de abril de 1971). Jacques se refiere a uno de los finales más apretados y polémicos que todos recuerdan.
Aquel GP de Europa de F1 en Jerez era la 17ª y última prueba del año de 1997. Jacques llegaba con 77 puntos, uno menos que Michael Schumacher, y ambos se la jugaban en una carrera en la que el que quedara por delante conquistaría la corona. Era tan solo la segunda temporada de Villeneuve en la F1, pero ya se batía en duelo sin arrugarse con todo un ya bicampeón como Schumacher, la nueva estrella de la F1 desde que falleciera Senna en 1994, que en 1997 vivía su segundo curso en Ferrari. A Jacques no le tembló el pulso y lo demostró llevándose la pole justo por delante de Michael. Salían 1º y 2º en un cara a cara que definiría el título. La tensión era máxima. Y ahí surgiría una de las imágenes más famosas de la historia de la F1, el accidente entre el ‘Kaiser’ y el canadiense.
El choque
En la parte final de la carrera, tras su segunda parada, Villeneuve tenía 25 giros para atrapar a Michael y adelantarle. Solo le valía quedar por delante. Logró alcanzarle y ahí ocurrió lo que muchos preveían. Michael se cerró y se tocaron. “Cuando me ve en el interior, gira a la izquierda y una vez que se da cuenta de que estoy ahí, le ves girando de forma muy agresiva. Luego se fue a la grava y se quedó atrapado. A la vuelta siguiente, le vi en el muro, con sus manos en la cadera y recuerdo ver su cara, su rabia, estaba sudando y Michael nunca solía sudar”, dijo Villeneuve hace años para la F1. Michael acabó clavado en la grava y Jacques terminaría tercero como nuevo campeón de F1.
Schumacher se cerró y tocó a Villeneuve en el GP de Europa de 1997 en Jerez
“Jacques no tenía nada que perder. Intentó adelantarme, igual que lo hubiera hecho yo. Frené lo más tarde posible, y él también. No creo que haya cometido ningún fallo”, apuntaba el alemán tras la cita.
Descalificado y a educación vial
Días después, el Consejo Mundial de la Federación Internacional del Automóvil estimó que el incidente fue deliberadamente causado por Schumacher de manera “instintiva y no premeditada”. Michael fue excluido de aquel Mundial, le quitaron el subcampeonato y le impusieron una obligatoria participación en una campaña para la seguridad vial en siete capitales europeas, ya que el entonces presidente de la FIA, Max Mosley, consideró que “un pecador reformado es el mejor altavoz y Michael tendrá mucho impacto sobre todo entre los jóvenes”.
Jacques Villeneuve, celebrando su título de F1 en 1997
“Cometí un error. No quería admitirlo, pero yo también soy capaz de cometer errores”, admitió posteriormente el ‘Kaiser’.
“Lo que pasó en la pista en Jerez sucedió bajo la presión que conlleva un título mundial y lo siento. Ahora tengo que aceptar las consecuencias y no es fácil”, agregó ante centenares de periodistas.
“Las últimas semanas para mi fueron muy difíciles. Dos o tres días después del Gran Premio comencé a entender lo que había pasado. No lograba dormir, lo cual para mí es extraño. Soy un ser humano, como cualquier otro. Perder el segundo puesto es durísimo. Mirando la grabación del Gran Premio, seguía preguntándome: ¿Por qué lo hice?”, admitió arrepentido.
Pese a lo ocurrido, el alemán saldría de ese bache. Luego llegaría su dominio en Ferrari, con 5 títulos de rojo (2000-2005) que le dejarían con 7 coronas como el piloto más laureado aún hoy día, récord que comparte con Lewis Hamilton.
Michael Schumacher, tras quedarse atrapado en la grava de Jerez en 1997 después de su toque con Jacques Villeneuve
Éxitos y gloria, pero también errores
Sus éxitos y gloria quedan por encima de sus sombras, aunque hay varias por recordar. Una de ellas ocurrió tres años antes, en 1994, en Adelaida Michael logró su primer título tras un toque con Damon Hill. Precisamente, Damon habló tras el accidente con Villeneuve: “Dije antes de la carrera que no pensaba que se atreviera a volver a intentar una maniobra como la de Adelaida, porque su imagen quedaría muy deteriorada. Pero me equivoqué. En eso demuestra ser muy consistente”, comentó el británico con ironía.
Al margen de estos accidentes, también queda para el recuerdo el día en que Michael aparcó su coche intencionadamente en La Rascasse, en Mónaco 2006, para perjudicar en clasificación a Alonso. Mucho antes de produjo su suspensión por dos citas por no respetar la bandera negra en el GP de Gran Bretaña de 1994. Los campeones también se equivocan.