El diseñador de moda Makeke quiere contar historias de la Tanzania tradicional


En un tranquilo suburbio de Dar es Salam, un joven baja de uno de los mototaxis conocidos como boda boda. Inmediatamente, pide disculpas por llegar tarde a la cita: “Lo siento, lo siento”, se excusa. “Aún no había acabado de despertarme. A los artistas no nos gusta la mañana”.

Jocktan Cosmas Malule, más conocido en Tanzania como Makeke, se dirige a su estudio. Es uno de los creadores miembros del Espacio de Arte Nafasi, un centro cultural oculto bajo los altos mangos, en el que un grupo de diseñadores locales crea y vende su arte. El centro todavía está desierto, ya que la mayoría de sus miembros aún duerme.

“Mi nombre artístico no tiene una verdadera traducción al inglés”, dice Malule mientras se deja caer en un sofá de su estudio. “Es un apodo que me pusieron en el instituto. Significa algo así como sabor extra”. Señala las prendas con olor a animal que cuelgan de las paredes, y añade: “Si miras mis trajes, puedes ver que tienen makeke, algo más”.

El diseñador tiene una misión clara: que los tanzanos adquieran conciencia de su riqueza cultural, que él tanto ama. “Todo empezó cuando estudiaba en una academia de arte”, recuerda. “El estilo de vida africano me ha fascinado siempre. Por las noches, sueño con cómo eran antes las cosas, con la vida en la aldea. Ese estilo de vida africano es mi principal fuente de inspiración. Me voy a la cama con él y me despierto con él”.

De su grupo de amigos, él es el único interesado en cómo era la vida antes del colonialismo y la globalización. “Los demás solo se fijan en Estados Unidos”, suspira. “Qué hace Drake, qué ropa lleva Kanye West… Pero si me preguntas a mí, todos parecen iguales. Mi obra es una reacción a la violencia visual que viene de Occidente”.

El diseñador tiene una misión clara: que los tanzanos adquieran conciencia de su riqueza cultural. “Mi obra es una reacción a la violencia visual que viene de Occidente”, dice.Joost Bastmeijer

Malule se levanta y muestra algunos de los diseños que ha confeccionado para vídeos musicales, desfiles de moda, representaciones teatrales y películas: una máscara de piel de cabra con el borde de vivos colores rosa y morado y un tocado naranja hecho con cuerdas de sisal. En la pared cuelga una gran foto suya con un traje hecho de cestas de mimbre. “Con toda esa cultura pop de fuera de África”, observa mientras se pone una máscara, “estamos olvidando lo que tiene de especial nuestro estilo de vida tradicional”.

Qué hace Drake, qué ropa lleva Kanye West… Pero si me preguntas a mí, todos parecen iguales. Mi obra es una reacción a la violencia visual que viene de Occidente

“Antes de que vinieran los alemanes y los ingleses, teníamos nuestras propias culturas”, explica. El artista procura utilizar todo lo posible los materiales de los que se disponía entonces. “Nos hacíamos la ropa empleando plantas y pieles. Esos son los materiales que utilizo también para mis diseños. Todos los que ve aquí vienen de los árboles y de los animales, y reflejan la cultura del pasado. Mi inspiración surge de la auténtica vida aquí tal como era antes de que empezara el colonialismo”.

Malule suele salir a la calle con otros artistas, descalzo y vestido de pies a cabeza como Makeke. Hay personas que quiere hacerse una foto con él, pero también hay otras que no entienden sus diseños. “Piensan que las prendas hechas de plantas secas y pieles de animales huelen mal”, señala sacudiendo la cabeza. “Llevan Nike y Adidas, hablan inglés y ven Netflix. Todos quieren parecerse a los demás. No les importa nuestra cultura. Por eso, cuando me encuentro con alguien así, quiero provocarle. No se puede obligar a nadie a que ame su cultura, pero se le puede enseñar. Yo les hablo de nuestra historia”.

Makeke, con otro de sus diseños. Es una máscara de piel de cabra con el borde de vivos colores rosa y morado.Joost Bastmeijer

La aversión del artista a la globalización y la uniformización de las camisetas de fútbol y la ropa de diseño no es un caso aislado. Los diseñadores de moda de África oriental en particular denuncian la avalancha de mitumba, los desechos de países europeos que se venden a precios de competencia desleal en Tanzania, Uganda y Kenia. Según los creadores, la llegada constante de ropa de segunda mano hace imposible confeccionar y distribuir moda propia.

“Prefiero hablar con los niños”, dice Malule. “Ellos todavía tienen la mente abierta”. Pero también ven YouTube. “Hace poco vino una clase de un colegio. Toqué música tradicional para ellos en mi estudio. Hasta entonces, nunca la habían escuchado. Solo conocían a Justin Bieber y otros artistas parecidos. Si quiere saber mi opinión, eso es un problema. Los niños tienen que entender su cultura”.

Los diseñadores de moda de África oriental en particular denuncian la avalancha de ‘mitumba’, los desechos de países europeos que se venden a precios de competencia desleal en Tanzania, Uganda y Kenia

Pero, ¿qué cultura es esa? Únicamente en Tanzania hay casi 150 etnias diferentes, según IWGIA, una organización internacional que defiende derechos indígenas. “Y todas tienen una fuerte cultura propia”, observa el diseñador, “de manera que no existe una cultura tanzana, o africana. Investigo mucho sobre esas tribus diferentes y sus costumbres, su música, su comida. Toda esa información se ve en los trajes que hago y en las historias que cuento. No quiero que todo ese conocimiento se pierda”.

El artista tanzano Jocktan Cosmas Malule, más conocido como Makeke, utiliza su moda como arma contra las influencias de Occidente en África.Joost Bastmeijer

Hace algunos años, la organización intergubernamental Comunidad Africana Oriental pidió a los habitantes de esa zona del continente que los viernes se vistieran con el kitenge, como se conoce allí a las telas estampadas de colores. En una declaración, la organización afirmaba que “el kitenge representa la verdadera cultura de la población de África Oriental”, y por eso sería razonable lucirlo orgullosamente cada viernes a partir de entonces. Aunque mucha gente se viste con él a diario, el llamamiento tuvo poca respuesta.

África es el continente del futuro, pero también deberíamos estar orgullosos de nuestro pasado

A Malule no le gustan las telas “africanas” de vivos colores. Se acerca a un montón que hay encima de uno de los escritorios de su estudio. “Esto de aquí es kitenge”, dice cogiendo una pieza de tela con un colorido motivo. “La gente lleva prendas hechas con esta clase de tejido y dice, ‘esto es cultura africana’. Entonces yo les digo que la tela está hecha en Holanda, o en China. No tiene nada que ver con nuestra cultura. La prenda viene de Asia, y lo trajeron los colonos. Eso es lo que representa”.

Nuestro anfitrión muestra el borde de la pieza que ha cogido. “Mire aquí, esto no es africano de verdad. ¿Ve lo que pone?”, y señala las letras negras. “Diseño: Cilla Ramnek, 2008, Ikea de Suecia”. “Esto lo ha diseñado una sueca, no tiene nada de africano. Precisamente por eso es importante que la gente de aquí entienda dónde están nuestras raíces. África es el continente del futuro, pero también deberíamos estar orgullosos de nuestro pasado”.

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