El último baile ha sido un cóctel perfecto para los tiempos de pandemia. El parón total ha hecho que la serie documental sobre la última temporada de Michael Jordan con los Chicago Bulls haya sido un éxito sin precedentes a nivel de audiencia, y parte del mérito es el valor de las cintas rescatadas y la talla de sus protagonistas. El resto es, por supuesto, un complicado ejercicio de timing perfecto: el metraje debería haber aparecido en verano, pero la falta de partidos en vivo ha hecho que la ESPN acelerara todo el proceso para contentar a un público sediento de buen baloncesto.
Para los fanáticos de Jordan han sido dos décadas de espera, aunque sobre él se han hecho innumerables piezas documentales y escritas. Lo mismo pasará con Kobe Bryant, de quién mucho se ha escrito e incluso documentado, por ejemplo en Kobe Bryant’s Muse, de 2015. Evidentemente, es una gran noticia saber que la NBA tiene en sus manos material inédito sobre la última temporada de Kobe, y en un tiempo será tremendo poder revivir sus últimos pasos en la liga. El final del documental lo tenemos fresco, y de ahí la importancia de saber esperar al momento adecuado: la noche de los 60 puntos ante los Utah Jazz pervive todavía en la memoria de los aficionados.
Acceso total
Además, las cámaras siguieron a Bryant más lejos de lo que hicieron con Jordan en 1998: en los vestuarios en casa y a domicilio, en la pista de entrenamiento, en el recinto entero de los Lakers, en casa del astro junto a su esposa e hijas, en eventos reservados e incluso en el avión privado del equipo. Lo que no tienen es una temporada épica que narrar, y es que Kobe se despidió sin poder pisar los playoffs ni mucho menos luchar por el título. El producto no será lo mismo, y es que en The Last Dance estamos viendo a Jordan sellar su grandeza, mientras que a Kobe le veremos sellar su carrera con el peor récord de la historia de la franquicia, 17 victorias y 65 derrotas.
“Las cámaras tuvieron un acceso sin precedentes, de lejos el mayor que nadie ha tenido nunca”, explicó John Black, director del servicio de relaciones públicas de la franquicia durante 27 años, a la ESPN. “Les dejamos hacer todo lo que podían dentro de los límites de la liga, y a veces, con un guiño y mirando para otro lado, les permitimos incluso más”. Tener las interioridades de Bryant en su última campaña, que seguro que resultó intensa y emocionante, puede darnos una visión inédita de su comportamiento en la pista.
Antes de su muerte, Bryant revisó parte del metraje capturado en sus últimos días de profesional para dar su opinión sobre el mismo. La idea de Kobe era controlar el relato, un poco a la par de Jordan, y poder tener la última palabras sobre la cinta. El equipo de cámaras que siguió a Bryant, de hecho, era de su propia productora. Varios de los preparadores de L.A. reconocieron que El último baile les recuerda a detalles de Kobe. “Es difícil ver el documental y no observar las similitudes”, comentaba Tim DiFrancesco, ex-preparador físico de los angelinos. Es de sobras conocido que Bryant fue el mayor estudioso del método Jordan, algo que también aparece en el excelente documental Muse, que repasa la carrera de Kobe y se fija en todo el trabajo detrás de la que consideramos, ahora, una de las grandes leyendas de la liga.
Un reality en L.A.
Para los excompañeros de Bryant, el tinglado de la última temporada de Kobe les recordó a la grabación de un reality show. “No parecía una temporada real”, aseguró Robert Sacre a la ESPN. “Fue interesante porque no ganábamos, y eso era frustrante. Las cámaras estaban siempre encima tuyo, y era duro”. En una era de control total del acceso y el material por parte de la NBA y las franquicias, parece que el equipo de Kobe tuvo un pase VIP para todo. “Pensé que era molesto tener a gente en esos momentos extraños… pero será interesante verlo muchos años después”, reflexionó DiFranceso sobre la presencia de cámaras incluso en la sala de recuperación de lesiones, un sitio donde no había accedido nadie en el pasado.
“Vamos a ver, tenemos que ir con cuidado con lo que decimos, vigilar sobre lo que hablamos, porque no sabemos quién lo está viendo o editando”, rememoró Larry Nance Jr. sobre sus pensamientos esa temporada. “Lo hablamos en equipo, intentar mantener la delicadeza entre las cámaras, pero con el paso del año, te olvidas de ellos y te da igual”. El ex de los Lakers, pensando en clave televisiva, explicó que al ver el documental de Jordan vio como ciertas palabras o discursos de Kobe podrían traducirse al lenguaje audiovisual con un poder increíble: “Es algo monumental, estoy contento de que alguien vaya a recordarlo”.
Para Marco Nunez, que colaboró con la franquicia como ayudante de los preparadores físicos en 2016, la presencia de las cámaras fue una especie de “caos controlado”, una relación de amor-odio que permitirá ver, en unos años, una versión íntima e inédita de Kobe Bryant. La paciencia y el buen timing, como con El último baile de Michael Jordan, serán claves para conseguir un efecto parecido al furor que ha causado Mike las últimas semanas.
data-youtube-vid>
Source link