Los San Antonio Spurs no se irán a ninguna parte, aunque la franquicia reconoce que hay planes para disputar un par de partidos de temporada regular de la NBA en Austin, la capital de Texas. La ciudad ha ganado en popularidad y ha atraído grandes multinacionales estadounidenses a un territorio que hospeda otros grandes eventos deportivos y de la industria de la música como el GP de Estados Unidos de Fórmula 1, el Austin City Limits o el SXSW.
San Antonio, a 130 kilómetros de la capital, representa un mercado mucho más pequeño a pesar del gran éxito del programa deportivo liderado por Gregg Popovich durante casi tres décadas. “Quiero tranquilizaros, los Spurs están en San Antonio para quedarse”, escribió Peter J. Holt, dueño de la franquicia en una carta abierta a la afición. “Mi familia se involucró con los Spurs en los noventa porque entonces sí había una amenaza real de relocalización. No dejamos que pasara en el pasado y no lo haremos ahora”.
El polvo levantado ha sido a raíz de la petición de la franquicia a Bexar Country, empresa propietaria del AT&T Stadium donde juegan los texanos, para poder jugar dos encuentros en el Moody Center, el nuevo pabellón de la Universidad de Texas en Austin.
La explicación de los responsables de los Spurs es que la franquicia quiere y debe intentar expandir su marca en el entorno más cercano al equipo. Hace pocos años, la MLS decidió optar por Austin en vez de San Antonio para fundar un nuevo equipo y expandir así la máxima categoría del soccer en Estados Unidos.