El Eibar no está para grandes alardes. La inercia de los armeros, en línea descendente, ha provocado que el infierno esté más cerca que nunca y la imagen en el último mes, desde que se consiguió superar al Atlético en Ipurua (2-0), el 18 de enero, ha distado mucho de ser idílica.
De hecho, es ahora mismo el que peores sensaciones transmite entre los equipos que están luchando por eludir el descenso. No es el que peor bagaje acumula, ya que ha cosechado cinco puntos en los últimos cinco partidos y es el Mallorca quien lidera este particular ranking con solo cuatro, pero sí el que emite las señales más preocupantes. Athletic, con un único punto, y Betis, con tres, encabezan la clasificación pero ninguno está inmerso en esta cruenta batalla por evitar bajar a Segunda.
El hecho de que los tres próximos encuentros se disputen en Ipurua (Levante, Mallorca y el derbi aplazado contra la Real) puede dar aire a un equipo que, por lo demás, parece haber tocado fondo. Al igual que el Espanyol, que desperdició una oportunidad de oro al caer en casa de un Valladolid que se escapa del vagón de cola, el Eibar navega a la deriva.
Agua en todas las líneas
Nada está funcionando. Con la excepción de Dmitrovic, baluarte bajo los palos, el resto de jugadores y líneas está muy por debajo del nivel que requiere la competición.
En defensa, donde ya no se podrá contar con Ramis, nadie ha conseguido afianzar el terreno. La rotación entre los centrales no ha permitido establecer una conexión fiable y tampoco en los laterales hay visos de recuperación. Soares sigue sin estrenarse en una lista y deja el monopolio a Cote mientras que en el flanco derecho Tejero no se asienta. Para colmo, Correa no parece entrar en los planes de Mendilibar.
La marcha de Jordán también ha hecho mella en el funcionamiento del centro del campo. Escalante y Diop tienen demasiada agua que achicar y la labor de los tres jugadores con perfil más ofensivo no sobresale. Pedro
León, Inui y Orellana están lejos de su mejor versión.
En ataque, los goles no terminan de llegar. Con Kike
García lesionado, el bajo rendimiento de Enrich, Charles y Quique
González elimina cualquier atisbo de peligro en el área rival.
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