El Ejército de Etiopía ha pedido este viernes a sus antiguos integrantes que se sumen a la guerra contra los rebeldes de la región norteña de Tigray, que están cada vez más cerca de Adís Abeba y han formado una alianza con otros ocho grupos opuestos al Gobierno para reemplazar al primer ministro, Abiy Ahmed.
“Llamamos a los exmiembros de las Fuerzas Armadas a que colaboren en nuestra campaña para salvar el país”, ha dicho el Ejército en un comunicado difundido en su página de Facebook. El Gobierno ya declaró el pasado martes el estado de emergencia en todo el país y, un día antes, el primer ministro pidió a los ciudadanos que pongan “cada arma y cada energía” al servicio de la guerra contra los rebeldes, de la que este jueves se cumplió un año.
El llamamiento a los exmilitares se produce después de que los milicianos del Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF, según sus siglas en inglés) anunciasen su intención de marchar sobre la capital. En los últimos días y aliados con un grupo insurgente de la etnia oromo, han tomado varias ciudades a menos de 400 kilómetros de Adís Abeba.
El TPLF suma ahora siete grupos a la que alianza que ya tenía con el Ejército de Liberación Oromo, escindido del Frente de Liberación Oromo tras el acuerdo de paz de 2018. El nacimiento del bautizado como Frente Unido de Fuerzas Etíopes Federalistas y Confederalistas será firmado en un acto oficial este viernes en Washington, ha señalado a la cadena de televisión estadounidense CNN uno de los organizadores del evento, Yohanees Abraha, del TPLF.
El objetivo de la alianza es combatir al primer ministro y garantizar una “transición segura” ante “las múltiples crisis a las que hace frente el país”, ha apuntado Abraha. “El siguiente paso será organizarnos y desmantelar totalmente el actual Gobierno, sea por la fuerza o a través de la negociación […] para luego establecer un Gobierno de transición”, ha afirmado Mahamud Ugas Muhumed, de Resistencia Estatal Somalí, uno de los colectivos integrantes. El portavoz del TPLF, Getachew Reda, ha indicado a la CNN que la toma de Adís Abeba no es ”el objetivo final” del grupo. “Tenemos que romper el cerco (contra Tigray) y haremos lo que sea necesario para lograrlo”, ha destacado. El Gobierno ha calificado la alianza de mero reclamo publicitario y destacado que algunos de los grupos que la forman tienen un pasado de violencia étnica.
Este viernes, la Embajada de Estados Unidos en Etiopía ha pedido a todos sus ciudadanos que abandonen el país “tan pronto como sea posible” ante el deterioro de la situación. Además, Amnistía Internacional ha advertido de que “la terrible crisis humanitaria y de derechos humanos que comenzó hace un año en Tigray se ha desbordado hasta llegar a otras zonas del país”, según un comunicado de su director regional para África Oriental y Austral, Deprose Muchena.
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Una investigación del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas ha encontrado que todas las partes del conflicto son responsables “en diversos grados” de “crímenes de guerra y contra la humanidad”, señaló Michelle Bachelet este miércoles al presentar el informe, realizado en colaboración con la Comisión Etíope de Derechos Humanos. “Hay detalles de violaciones y abusos, que incluyen asesinatos y ejecuciones extrajudiciales, torturas, violencia sexual y basada en el género, violaciones contra los refugiados y desplazamiento forzado de civiles”, apuntó la expresidenta chilena.
Dos millones de personas han resultado desplazadas por el conflicto y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales. Unas 400.000 personas en la región de Tigray, donde es muy complicado el acceso humanitario, se encuentran en situación de hambruna a consecuencia de una guerra que ha provocado miles de muertos, según las organizaciones humanitarias.
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