En el fútbol los números a veces engañan y no pueden usarse como referencia. En el caso del Elche, igual que el algodón, no engañan. El diagnóstico es claro: marca poco y encaja mucho. Es el segundo equipo con menos goles de la categoría (8) y el que más encaja (26). Con la media actual (0.72) dianas a favor por partido y (2.36) en contra es casi imposible salvar la categoría.
En once jornadas de campeonato todavía no ha mantenido la portería a 0 en ningún encuentro. Lo normal sería pensar que los porteros están desacertados y su nivel es bajo. Una idea alejada de la realidad, Edgar Badía está siendo uno de los mejores del equipo. Asusta pensar la cantidad de veces que habrían perforado la portería del Elche sin un portero que pare tanto.
Por otro lado, en ataque los números tampoco están ayudando. Lucas Boyé está a años luz de su mejor versión, Roger Martí no se ha adaptado y Collado está teniendo actuaciones flojas. A esto hay que sumar los constantes problemas físicos de Fidel y Pastore. El resultado es la última posición. No obstante, Pere Milla, que suma 3 goles está mostrando acierto de cara a portería en las últimas jornadas y parece un buen argumento al que agarrarse. En los últimos 5 partidos el equipo ha empatado en tres y ha anotado en cuatro. Parece claro que la victoria pasa por seguir en línea ascendente en ataque y poner el cerrojo en defensa. Una cuestión que debe involucrar a todo el equipo, el problema es el sistema defensivo y no la defensa. El grupo, con Almirón al mando tiene claro que el próximo lunes en el Martínez Valero ante el Getafe (21:00h) llegará la primera victoria y la primera portería a cero.
En el fútbol actual todos los equipos compiten bien y tienen argumentos, pero la diferencia se marca en las áreas: para bien y para mal. Lo positivo es que el Elche sabe cuál es el problema y eso le acerca a la solución.