El emblemático establecimiento de Barcelona que cobra a los turistas por entrar

Las ciudades más turísticas del país ven como calles, monumentos y edificios se llenan de turistas, especialmente en verano. Además hay lugares con historia donde los extranjeros entran para hacerse la tradicional foto. Es el caso de este emblemático establecimiento de Barcelona que cobra a los turistas por entrar.

Se trata de Colmado Múrria, cuyos propietarios tienen un cartel en inglés y dirigido a turistas, en el que piden pagar cinco euros a quienes entren sólo para mirar y hacer unas fotos.

El establecimiento de Barcelona que cobra a los turistas por entrar

El fin de ello no es obtener dinero. Sus responsables están hartos de recibir visitas inesperadas de turistas que entran como si el comercio fuera un monumento más de la ciudad. No compran, no consumen y se van. Esto hace más comprensible que hayan tenido que poner este cartel, y según recogen otros medios, parece que de momento la cosa está resultando.

 Entrar pidiendo permiso

El dueño del establecimiento no niega la entrada a personas que quieran venir siempre que pidan permiso para entrar, hacer una foto, etc. Lo que pasa es que no estaba siendo la tónica habitual y de ahí la idea de cobrar a los turistas por este motivo. Al final, el local se llenaba y los clientes podían sentirse algo incómodos.

El local es ya conocido por su historia, y ahora lo está siendo también por este curioso cartel. La verdad es que no es el único y no es un hecho aislado, sea en Barcelona o bien en otras ciudades turísticas donde haya establecimientos importantes, emblemáticos y destacados en todas las guías.

La arquitectura, la fachada, un interior cuidado, distinto, con años de historia… son algunos de los atractivos de estos lugares que se extienden por todo el país. Una gran parte de los turistas entra y compra, o bien consume porque así es toda una experiencia. Pero muchos otros no, entran sin decir ni hola y hacen fotos por todo el local para luego subirlo a sus redes. Este es el perfil del que se quejaba el propietario de Múrria.

Y está pasando con muchos otros, por lo que sin protección, los hosteleros se ven obligados a tomar medidas por su cuenta y se las ingenian con ideas como la vista anteriormente. Seguramente a más de uno le puede sorprender que le cobren por entrar en una tienda, pero con los argumentos, es del todo comprensible.

 


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