El emocionante reencuentro de Charlène de Mónaco, el príncipe Alberto y sus hijos tras tres meses separados


Era una de las fotos más esperadas. Después de tres meses separados, desde el pasado mes de junio, el príncipe Alberto y sus hijos han viajado de nuevo a Sudáfrica para reencontrarse con Charlène de Mónaco. Un momento del que ha dado cuenta en la propia princesa en su perfil de Instagram, donde ha publicado varias fotografías de ella con los mellizos y con Alberto de Mónaco junto a un mensaje en el que asegura estar “muy emocionada” de tener a su familia su lado.

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En las cinco fotografías profesionales publicadas, la familia aparece en diferentes poses y en ellas se puede ver a los pequeños Gabriella y Jacques, de seis años, jugando y abrazados a su madre. En las instantáneas llama la atención el corte de pelo de Gabriella, una media melena con un flequillo muy corto acabado en pico. Un detalle que su madre no ha querido dejar de reflejar en su mensaje, aclarando que su hija había decidido cortarse el pelo a sí misma. “Lo siento mi Bella, hice todo lo posible para arreglarlo”, agrega Charlène.

La visita ha ocurrido dos semanas después de que la princesa, de 43 años, fuese intervenida de nuevo a causa de la infección de oído, nariz y garganta que padece desde hace meses y que la ha impedido viajar de vuelta al Principado, donde se la vio por última vez el pasado enero. La operación, que duró cuatro horas y se requirió anestesia general, fue anunciada por el propio príncipe Alberto en un comunicado, en el que ya anticipó que él y sus hijos se reunirían con su mujer a lo largo de su recuperación.

La convalecencia de Charlène no ha estado exenta de los rumores de crisis que acompañan al matrimonio prácticamente desde la celebración del enlace hace diez años, en 2011, y que la princesa ha intentado descreditar a través de varios mensajes en redes sociales y entrevistas en radio. Unas de sus palabras más significativas fueron las que pronunció en la emisora Channel24 el pasado julio, cuando aseguró que uno de sus momentos más difíciles en estos meses había sido cuando los médicos le dijeron que no podría volar a Mónaco para encontrarse con su marido en su décimo aniversario de boda y que Alberto de Mónaco era su “roca” y su “fuerza” y que sin él no habría podido superar “este momento tan doloroso”.




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