Tras cuatro temporadas de deriva sin su campeón Marc Márquez en los que Honda ha pasado en 2019 de liderar la clasificación de constructores a cerrarla en 2022 toca volver a poner todos de su parte. El campeón ha recuperado su físico para poder ser útil a HRC y ser preciso en sus comentarios, su deseo de volver a ser el campeón que fue está por encima de todo, y en la fábrica japonesa ya no se pueden permitir seguir perdiendo el terreno ante las motos italianas e ir tirando los yenes en un contexto de crisis.
Marc Márquez lleva invirtiendo en su recuperación física desde que en septiembre del pasado año regresó a la competición y este invierno no ha hecho más que completar su primera pretemporada física sin contratiempos desde invierno de 2017-18 porque luego llegaron los tiempos en que debía corregir en la mesa de operaciones sus problemas de subluxaciones crónicas en ambos crónicos que luego ya empezó a encadenar con operaciones en el brazo y las diplopías.
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Para este 2023 crucial para su carrera el de Cervera se ha encargado de poner todo de su parte para llegar físicamente pletórico a la pretemporada para poder así reclamar a Honda que hagan el mismo esfuerzo por recuperar el terreno perdido. El músculo lo han vuelto a demostrar en HRC entregándole tres unidades ‘negras’ para su box, dos sobre la base ya probada en Cheste y que motivó las críticas de Marc -“Necesitamos dar pasos más grandes si queremos si queremos pelear por el campeonato. Con lo que nos han mandado aquí, no pelearemos por el campeonato”- y una tercera versión experimental que rápidamente mandó al cajón de los recuerdos de cara a la tercera jornada.
A la hora de sacar conclusiones a los tres días Marc volvía a advertir que “necesitamos más, pero siento que hay una reacción. La organización de este test, el plan ha sido muy bueno, pero para mí honestamente, lo que más feliz me hace es mi condición física. Para mí eso ha sido lo más importante del test. Cuerpo solo hay uno, motos puede que tengamos otras cuatro en Portimao” (bromeó). Que centrara su discurso en el físico y no en lo técnico resultó enigmático.
De las dos motos negras ya eligió una, pero necesita corregirla aún más para el test de Portimao: “la que elegimos es muy similar a la de Valencia (test), con los mismos problemas. Y ahora ya toca resolver esos problemas, aunque yo no sé cómo”, exige.
La llegada de Ken Kawauchi, el nuevo director técnico fichado de Suzuki, le ha obligado a ejercer de ‘conejillo de indias’ en este primer test, sin rechistar porque sabe lo que se están jugando todos y porque con el cambio del programa deportivo habrá más carreras y menos entrenamientos para probar cosas durante el año. A la hora que debía hacer el time attack y mejorar ese tiempo dado por la mañana y que le mantenía en el top-10 siguió haciendo pruebas para Ken-san.
“Quiere entender muchas cosas a nivel de conceptos, y eso hace la vida muy difícil a los pilotos. Yo soy el piloto con más experiencia en Honda, de modo que me han elegido a mí para hacer todos esos experimentos y probar todo lo que me pidió. Ellos tendrán sus razones, simplemente me limité a pilotar. Ahora espero que analicen toda esa información y traigan algo nuevo a Portugal”, lanzando así el mensaje de que con lo que hay, sí han dado un paso en la parte delantera, pero ha empeorado la moto en otras partes y los rivales, especialmente Ducati, pero también Aprilia, han mejorado sustancialmente.
“El motor es bueno, la velocidad punta es buena, pero tardamos demasiado en alcanzarla y en los circuitos europeos, con rectas más cortas, las cosas se complicarán. También en las frenadas fuertes tenemos que mejorar la moto. Básicamente en la frenada de la primera curva pierdo una décima y media o dos respecto a Ducati, aunque tenemos otros puntos fuertes. Básicamente hay que reforzar los puntos débiles y mantener los fuertes. Cuando podía pilotar bien, los tiempos no eran malos, pero seguían lejos de los de los cinco primeros”, advierte Marc.