La NBA está descontrolada y no quien ponga orden, no sólo anotaciones desbocadas la última semana, sino también derrotas inimaginables, por los quiénes pero también el cómo. Que si el peor equipo de la NBA –Detroit Pistons-, clavando como una daga un triple ganador al campeón y en su casa -los Warriors-, que si Oklahoma apabullando a los Celtics sin su estrella. Pero los que la hicieran todavía mucho más ‘gorda’ fueron los Charlotte Hornets pegándole un ‘meneo’ histórico a los Milwaukee Bucks en su propia pista (138-109) y uno particular a Giannis Antetokounmpo.
Los Hornets, la franquicia que pasa casi desapercibida por la NBA a pesar de estar regentada por Michael Jordan, se puso por una vez a la altura de su dueño. El gigante griego, ‘dictatorial’ en sus últimos partidos con su monumental máximo anotador incluido -55 puntos-, se vio reducido hasta casi la más mínima expresión.
Tan reducido, que no se veía un ‘Anteto’ tan minimizado desde hacía 6 años, apenas unos pírricos 9 puntos y 4 rebotes en 22 minutos, habiendo que remontarse a enero de 2017 para recordar una actuación menos productiva del heleno, entonces quedándose sin anotar contra San Antonio Spurs pero con sólo 9 minutos en el parqué. Al margen del encuentro ante los Rockets de abril de 2021 en el que sufrió un esguince al minuto de empezar. “A por el siguiente”, twiteaba el doble MVP.
Y, como estaban en plan Jordan, los Hornets también estuvieron de récord. Pero uno de los buenos de verdad, el de mayor anotación en un primer cuarto de la historia de la NBA -igualando el de los Warriors contra los Nuggets en 2019, el cual hace entender, todavía más, la desproporcionada dimensión que cobró lo que le hicieron a los Bucks: 51-28 en esos primeros 12 minutos. “Es preocupante”, reconocía al término del partido el entrenador de Milwaukee, un desencajado Mike Budenholzer, fuera de toda lógica que el que fue campeón no hace ni dos años (2021) y aspira a serlo reciba un abuso de este calibre contra un equipo que ni fu ni fa, penúltimo con 11-29.
Porque es que, además, es algo que ya viene de lejos, con la derrota contra los Nets (118-100) o con otro sideral bochorno como el de los Memphis Grizzlies (142-101). Pero, por lo menos, eran los Grizzlies. “Defensivamente, no hemos podido en esos partidos. Nos hemos cavado un hoyo en esos partidos, no hemos igualado lo que se necesita para ser competitivos en un partido de la NBA en múltiples ocasiones ahora y es preocupante”, reconoció un afectado Budenholzer.
Aunque algo reducido el ridículo al descanso (60-84), el asunto ya era irreconducible. y Anteto ya se fue el banquillo en el tercer cuarto tras seis minutos. Budenholzer, para mirar de contener el daño que ya era mucho, protegió pronto a los titulares dándoles descanso, de manera que Bobby Portis, con sólo 23 minutos en el parqué fue el que más minutos jugó además del mejor de los Bucks con 19 puntos, 12 rebotes y 3 asistencias. El hermano de Giannis, Thanasis Antetokounmpo, registró 2 tantos y 4 captura sen 9 minutos. Y Serge Ibaka ganó más motivos para sentirse todavía más molesto con su entrenador, pues el hispanocongoleño fue el único del roster de Milwaukee que no jugó.
Y en los Hornets, espléndido el quinteto titular, liderado por los 39 puntos de Terry Rozier (15/29 en tiros), seguido de los 24 tantos y 12 asistencias de LaMelo Ball sin una sola pérdida, los 17 puntos y 15 rebotes de Mason Plumlee, los 23 de P.J. Washington y los 11 de Jalen McDaniels. Variada participación en una tunda de las que quedan, de las que duelen. Demasiado fácil hoy desfigurar el rostro del equipo que empezó con 9-0, del campeón de 2021. Hasta los más modestos hacen lo que quieren con los grandes. Cunde la anarquía en la NBA.