Eran ya cuatro décadas portando el inmenso honor y también el peso de ser los héroes de una afición que no encontraba herederos en las generaciones sucesivas, hasta la llegada de la ambiciosa, talentosa y poderosa tropa guiada por Imanol, los ‘Alguacil
Boys’. El logro de la Copa del Rey en 2021 por parte de esta Real contemporánea supone una descarga para aquellos héroes de la década de los ochenta que acumularon cuatro de los seis títulos que lucen las vitrinas de la Real en sus 112 años de historia. Arconada, Zamora, López
Ufarte, Górriz, Gajate y Bakero son los seis jugadores legendarios que alzaron los dos títulos de Liga, la primera Supercopa y la segunda Copa. Ahora reciben con agrado en el Olimpo de los Dioses txuri urdin a los Oyarzabal, Merino, Remiro, Le
Normand, Portu y compañía, que ya han adquirido la condición de inmortales, como lo son los ahora sexagenarios y eternos txapeldunak.
Son días de celebración y nostalgia. Tres semanas después del éxtasis de La Cartuja, hoy mismo se cumplen 39 años del segundo título liguero y mañana será cuando el primero, el que cambió la historia de la Real para siempre, celebre su 40º aniversario, ambos con Ormaetxea de entrenador.
El 25 de abril de 1982, un día como hoy de hace 39 años, la Real salió con Arconada; Zelaieta, Gorriz, Kortabarria, Eliseo
Murillo; Diego, Alonso, Zamora; Uralde
Satrústegui y López
Ufarte. Había que ganar al Athletic y los txuri urdin lo hicieron con tantos de López Ufarte y Zamora para elevar a los cielos a su parroquia por segundo año consecutivo. Sarabia metió el miedo en el cuerpo a los presentes en Atotxa, cifra incalculable aquel día, que se recuerda como el de mayor asistencia en el viejo campo, donde no cabía un alma más.
La Real había ganado su primera Liga el año anterior, algo que Zamora califica como “milagro” y en ese mismo 1982 se llevaría la Supercopa. Para ‘tocar hierro’ hubo que esperar otros cinco años, hasta el 87, cuando un ejército de seguidores txuri urdin vieron a Arconada alzar la Copa del Rey a los cielos de una ciudad de Zaragoza convertida en las calderas del infierno por el calor.
De esa noche hasta la mágica de Sevilla pasaron 34 años y una pléyade de excelentes futbolistas como De
Pedro, Xabi
Alonso, Prieto o Griezmann que no cataron el dulce sabor de la gloria ni pudieron escalar al pedestal de los héroes con título en txuri urdin.
Nadie espera -ni desea- que tengan que pasar otros siete lustros para que la afición pueda disfrutar de otro título de la Real. No hay nada más grande. Por eso, el propósito de Aperribay, Olabe e Imanol
Alguacil es convertir estos años 20 en los ochenta del siglo XX. “La utopía de hoy es la realidad de mañana”, decía Denoueix. “Ezina ekinez egina”, se dice en euskera. “Lo imposible está hecho poniéndose a ello”.
Source link