El eterno regreso a Andalucía de los reyes de Holanda


Los Países Bajos son el cuarto mercado emisor internacional de turistas a Andalucía, con un total de 412.906 visitantes anuales, según los últimos datos oficiales anteriores a la pandemia. En los últimos años, entre estos cientos de miles de ciudadanos anónimos destaca de forma recurrente una pareja que ha ocupado esta semana los grandes titulares de la crónica social del país: sus reyes, Máxima y Guillermo de Orange. Una pareja que, a diferencia del turismo de sol y playa, busca en esta tierra el reencuentro y la evocación de su historia de amor. Este 2022 se cumplen 23 años desde que se conocieran, de manera providencial, en la Feria de Abril de Sevilla en 1999.

En aquel entonces, la ahora reina era la ciudadana argentina Máxima Zorreguieta, una alta ejecutiva de finanzas con residencia en Nueva York que visitaba Andalucía con su amiga de la infancia Cynthia Kaufmann. Él, el heredero al trono de Países Bajos, Guillermo de Orange, había sido invitado a la ciudad por la familia Ruiz-Berdejo, cuyo patriarca, José Antonio, es cónsul honorario de Italia, y su hijo, del mismo nombre, ejerce el cargo homónimo como cónsul de Bélgica en Sevilla, Córdoba, Huelva y Jaén, y que por aquel entonces estaba unido sentimentalmente a Pia Getty, hermana de la princesa de Grecia Marie-Chantal Miller. Este hombre de negocios y miembro de la alta sociedad sevillana parece que fue el artífice de que, desde su boda en 2002, la familia real holandesa tenga en Andalucía un destino preferente para sus visitas privadas.

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Zorreguieta acudió durante la Feria de Abril de 1999 a la caseta del Real Club de Andalucía El Aero con su amiga Cynthia Kaufmann, quien ya conocía a Guillermo de Holanda tras haber coincidido con él en una maratón de Boston en la que el príncipe corría. Según la biografía no autorizada publicada en Argentina por los periodistas Soledad Ferrari y Gonzalo Álvarez Guerrero, Una historia real, Kaufmann sirvió de enlace entre los dos protagonistas, los presentó y, durante toda esa jornada, “ya no se despegaron el uno del otro”, según relató la prensa argentina. Menos de tres años después tuvo lugar la boda real en Ámsterdam, no exenta de polémica por la ausencia de los padres de la novia —él, Jorge Horacio Zorreguieta, empresario y alto cargo durante la última dictadura argentina, fue vetado en el enlace— y, desde entonces, los viajes a Andalucía han sido tan frecuentes como privados, siempre ajenos a la agenda oficial de la Casa Real holandesa.

Aquí es donde encuentran siempre los reyes de Holanda motivos para la intimidad. Es difícil conocer su círculo de amigos en la capital andaluza, que han formado una auténtica guardia pretoriana en torno a la privacidad de la pareja; saber dónde se alojan o cuál es su hoja de ruta cuando visitan Andalucía. Tan solo alguna foto oficial, como cuando en 2019 —justo 20 años después de aquel primer encuentro— volvieron a la Feria de Abril en familia, acompañados por sus hijas Amalia, Alexia y Ariane, y consintieron un posado oficial, con traje de flamenca incluido, precisamente a las puertas de la caseta en la que prendió el amor entre ellos. La caseta, recuerda la periodista especializada Marina Bernal, “estaba decorada con tulipanes naranjas, símbolo de los Países Bajos, y el recibimiento fue muy caluroso”. De su amistad con José Antonio Ruiz-Berdejo quedó constancia entonces también, veinte años después del primer encuentro, gracias a la fiesta privada que sirvió de colofón a esa Feria de 2019, organizada en el Consulado de Italia en Sevilla, en pleno barrio de Santa Cruz.

Para sus encuentros en Sevilla —más habituales, sostienen los medios locales, de lo que trasciende a la prensa— reúnen a gran parte de la alta sociedad española amante de la capital andaluza, pero que no reside aquí de manera permanente, como es el caso, entre otros, de Luisa de Orleáns, prima segunda del rey Felipe VI; la infanta Elena; y Sofía Palazuelo, futura duquesa de Alba tras su matrimonio con Fernando Fitz-James Stuart y Solís.

El último episodio de este regreso a Howards End que supone siempre para los reyes de Holanda visitar Andalucía se desarrolló el pasado fin de semana, con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de su boda (se casaron en la Iglesia Nueva de Ámsterdam el 2 de febrero de 2002). En esta ocasión han extendido el viaje, sin sus hijas y de carácter eminentemente privado, a Jerez de la Frontera, Córdoba y Granada. La Casa Real holandesa solo ha informado oficialmente de la fecha del aniversario en su página web, pero no ha comunicado de qué forma se iba a festejar, ni ha distribuido imágenes oficiales del viaje.


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