El Everton rascó un punto en Nottingham y pudo dar gracias. A pesar de que los ‘toffees’ estuvieron por delante, dejaron escapar un triunfo que podría haber resultado vital a final de la temporada ya que era entre dos equipos que se juegan la permanencia (2-2).
La tensión estuvo a flor de piel. Ambos equipos eran conscientes de lo que había en juego y eso dio como resultado un partido animado, algo agresivo y de mucho ritmo. A los encontronazos les faltó una chispa para hacerlos explotar pero la guerra fría se jugó sin gobierno, ya que el duelo fue de idas y venidas, al más puro estilo Premier League.
Empezó golpeando primero el Everton de penalti. Shelvey trabó claramente a McNeil y Gray tuvo sangre fría para hacer el primer tanto (10′). Sin embargo, el Nottingham igualó la contienda pronto gracias a Brenan Johnson, que siguió un rechace de una parada de Pickford a tiro de Gibbs-White (19′). Aun así, se supieron reponer los de Sean Dyche. Para hacer justicia al estilo Premier del duelo, que mejor que marcar de cabeza. Y de qué forma. Pickford colgó una falta desde casi medio del campo y tras dos cabezazos, y que la bola no tocara al suelo, Doucouré remató con la testa para marcar (29′).
Eso puso fin un poco a las hostilidades, con un ritmo más rebajado. Duró esa pausa hasta pasada la hora de partido, cuando el Nottingham decidió meter la sexta marcha y ahogar al Everton, que quiso aguantar los golpes. Tanto físicos como morales porque de nuevo Brenan Johnson hizo el empate. Esta vez con un disparo por toda la escuadra (77′).
Y es que pudo dar gracias el Everton, inoperante en las contras, de puntuar. Si llega a durar unos minutos más el partido, habría caído de seguro del lado de un Nottingham al que le faltó tiempo.