El ex primer ministro de Malasia defiende el “derecho a la ira” de los musulmanes por las masacres cometidas por Francia en el pasado


A sus 95 años, el ex primer ministro malasio Mahathir Mohamad, quien dimitió por sorpresa el pasado febrero tras un golpe de poder interno, ha vuelto a acaparar el foco de atención. Mahathir ha generado estupor y un gran revuelo en Twitter al publicar una serie de comentarios incendiarios poco después del asesinato de tres personas en la catedral de Notre-Dame de Niza (Francia), considerado un ataque terrorista islamista. “Los musulmanes tienen derecho a estar enfadados y matar a millones de franceses por las masacres del pasado”, escribió en la red social, entre otras observaciones.

La larga diatriba no estaba directamente relacionada con el ataque del jueves en Niza, sino con el reciente asesinato del profesor francés Samuel Paty, que había mostrado caricaturas del profeta Mahoma en clase y fue decapitado por un yihadista hace un par de semanas. Mahathir, de hecho, arranca el hilo en su cuenta de Twitter de 13 comentarios con una referencia directa al crimen y a la intención del docente de “demostrar la libertad de expresión”.

“El asesinato es un acto que, como musulmán, no aprobaría. Pero, aunque creo en la libertad de expresión, no pienso que eso incluya insultar a otras personas”, expresa el exlíder de Malasia, país de mayoría musulmana. Mahathir continúa loando la diversidad racial y religiosa de Malasia (con un 61% de población musulmana, un 20% budista y un 9% cristiana) y su coexistencia pacífica gracias a su “sensibilidad hacia el diferente”.

Una sensibilidad que Mahathir va perdiendo progresivamente en cada comentario. De abordar con superficialidad asuntos como las diferencias entre hombres y mujeres o la vestimenta occidental, pasa a evaluar el peso de la religión en Occidente. “Son cristianos solo en la teoría. Es su derecho. Pero no deben faltar al respeto a los valores de otros, a la religión de otros. Esa capacidad de mostrar respeto mide el nivel de su civilización”, añade.

A partir de entonces su discurso se radicaliza. Mahathir, quien gobernó Malasia entre 1981 y 2003, y retornó al poder durante dos años tras ganar las elecciones de 2018, eleva el tono al referirse al presidente francés, Emmanuel Macron. “Está mostrando que no es civilizado. Es muy primitivo al culpar al islam y los musulmanes por el asesinato del profesor insultante”, subraya en referencia a Paty.

Una semana después de que a finales del pasado septiembre un hombre acuchillara a dos personas en las puertas de la sede, en París, del semanario satírico Charlie Hebdo –en suya redacción 12 personas fueron masacradas en enero de 2015-, Macron anunció un paquete de medidas para defender el secularismo francés frente al islam radical. Asegurando que se trata de una religión “en crisis” mundial, el presidente francés informó de que las mezquitas serían sometidas a un mayor escrutinio, entre otras medidas. Los planes de Macron fueron criticados en algunos países musulmanes, que han llegado a pedir el boicot a productos franceses. El Ministerio de Exteriores malasio, por ejemplo, aseguró haber transmitido a la Embajada de Francia su condena hacia “cualquier retórica provocativa” que difame el islam. Una crítica diplomática a años luz de la airada reacción de Mahathir: “Independientemente de la religión profesada, la gente enfadada mata. Los franceses, en el curso de la historia, han asesinado a millones de personas. Muchos eran musulmanes”.

Es su penúltimo post, el duodécimo, es el que termina por sembrar la polémica. “Los musulmanes tienen derecho a estar enfadados y a asesinar a millones de franceses por las masacres del pasado”, proclama Mahathir, en lo que parece ser una alusión al pasado colonialista francés. Twitter eliminó después ese comentario por incumplir las reglas de la compañía, dejando el resto del hilo, que fue comentado y compartido miles de veces. El mismo secretario de Estado francés para la Economía Digital, Cédric O., contactó a Twitter para que suspendiera la cuenta de Mahathir, que aún sigue activa.

Radicalización

Qué ha llevado a Mahathir a publicar unos comentarios así es una incógnita. El político dimitió en febrero tras lo que pareció un complot interno que puso al frente del Gobierno a Muhyiddin Yassin, y ha continuado activo desde entonces en la escena política malasia. Aunque contrario a la occidentalización de Malasia, Mahathir es conocido por su estilo sardónico y considerado un musulmán de perfil moderado que aborrece del clericalismo tradicional. Su victoria en 2018 fue inicialmente vista como una oportunidad de reforma en Malasia, si bien acabó decepcionando en ciertos sectores. Tanto este país como la vecina Indonesia, ambos de mayoría musulmana y tendencia moderada, han experimentado una cierta radicalización religiosa en los últimos años.

Mientras el actual Gobierno malasio no se ha pronunciado sobre la polémica, otro ex primer ministro, Najib Razak, quien perdió los comicios de 2018 frente a Mahathir, salió en su defensa. “El mundo debería calmarse y leer la declaración en su pleno contexto. Estoy seguro de que [Mahathir] no quiso decir exactamente eso. Pero incluso si así fuera, es su opinión personal, no la de Malasia”, arguye Najib, investigado por su implicación en el escándalo de corrupción del fondo estatal 1MDB. No obstante, añade que Mahathir debería ser alejado de sus cuentas sociales antes de que “haga más daño”.


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