El exportero brasileño Marcio Lucio Duarte Costa “Aranha”, quien fue víctima de dos casos de racismo que tuvieron gran repercusión cuando era futbolista, fue internado el miércoles en una unidad de cuidados intensivos (UCI) por complicaciones del coronavirus, informó este jueves la familia.
Aranha, según relataron sus familiares a periodistas en Pouso Alegre, su ciudad natal en el suroriental estado de Minas Gerais, llegó al Hospital das Clínicas Samuel Libanio de esa localidad con más del 50 % de sus pulmones comprometidos.
La clínica no dio detalles de la hospitalización del deportista de cuarenta años, pero de acuerdo con informaciones de sus familiares al portal UOL Esporte, Aranha necesitó inmediatamente de un catéter respiratorio y una dosis máxima de oxigeno para evitar una intubación.
Aranha presentó los primeros síntomas de la covid-19 después de su esposa, que había sido hospitalizada por la enfermedad y se encontraba recuperada ya en su residencia.
En su carrera profesional de 18 años, Aranha defendió al Ponte Preta de Campinas, club con el que debutó en 2000 y se retiró en 2018; al Atlético Mineiro de Belo Horizonte, Santos -con el que más se destacó-, al paulista Palmeiras y al Joinville.
Además del éxito con el Santos, principalmente en la conquista del título de la Copa Libertadores de 2011 al lado de Neymar, la carrera de Aranha fue marcada por dos casos de racismo de gran repercusión.
En 2005, cuando era titular del Ponte Preta, Aranha llevó a un amigo a un hospital de la ciudad paulista de Campinas y fue detenido después de ser confundido por la Policía con un asaltante que estaba prófugo de la Justicia.
Nueve años después, en 2014, durante un partido por la Copa do Brasil ante el Gremio, Aranha, que ya defendía al Santos, fue llamado de “macaco” (mono) por un grupo de hinchas rivales, una ofensa que terminó con la eliminación del equipo de Porto Alegre incluso sin poder disputar el compromiso de vuelta.
La hincha que más agredió verbalmente a Aranha, como fue captado por las cámaras de televisión que transmitían en directo por red nacional, fue sancionada por el propio Gremio, que vetó su entrada al estadio, perdió su empleo y su casa fue incendiada por militantes de movimientos antirracistas.
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