El expresidente de Georgia Mijaíl Saakashvili, detenido a su regreso al país tras ocho años de exilio


Las autoridades de Georgia han detenido al expresidente Mijaíl Saakashvili a su regreso al país tras ocho años de exilio, según ha anunciado el primer ministro, Irakli Garibashvili. El exdirigente —que gobernó entre 2004 y 2013— está condenado por dos casos de abuso de poder, que considera motivados políticamente. Saakashvili, que ahora lidera a una parte de la oposición desde fuera del pequeño país del Cáucaso que lleva meses de crisis e inestabilidad política, había anunciado su vuelta en las redes sociales coincidiendo con las elecciones locales de este fin de semana, que se perciben como una prueba para el partido gobernante.

El exdirigente, que primero había contado que llegaría este sábado en avión, publicó en la mañana de este viernes en su página de Facebook un mensaje con una fotografía borrosa en la que aseguraba que se encontraba ya en la ciudad georgiana de Batumi. “Arriesgué todo, la libertad, la vida, para estar aquí”, recalcó, pidiendo a sus simpatizantes que salieran a la calle mañana en la capital, Tbilisi.

El Ministerio del Interior se apresuró a negar que Saakashvili, que últimamente vivía en Ucrania, de donde es ciudadano y donde también intentó hacer carrera política, hubiese cruzado la frontera y el partido del Gobierno, Sueño Georgiano, le acusó de mentir y de ser un “payaso”. Horas después, el primer ministro Garibashvili ha asegurado en una rueda de prensa que las autoridades habían seguido los pasos del expresidente y han esperado el “momento adecuado” para detenerle, aunque no ha precisado dónde. “El expresidente, un delincuente y un criminal, ha sido detenido y trasladado a un centro penitenciario”, ha dicho.

Saakashvili, fundador de Movimiento Nacional Unido (MNU), huyó de Georgia después de que el Gobierno entrante de su rival, el oligarca Bidzina Ivanishvili, abriese contra él un caso de abuso de poder. El exdirigente fue el líder de la conocida como Revolución de las rosas de 2003, que desalojó durante un tiempo del poder a parte de las élites postcomunistas; pero también fue el rostro del Gobierno durante la derrota en la guerra frene a Rusia en 2008. Tras su partida, además, afloraron informes de importantes violaciones de los derechos humanos durante su mandato.

El expresidente, un político populista aficionado a grandes despliegues y golpes de atención, vivió en Estados Unidos tras exiliarse de Georgia. Después se trasladó a Ucrania, obtuvo la nacionalidad y se reinventó como una figura de oposición política al Gobierno de Petro Poroshenko. En 2018 ya protagonizó un episodio cinematográfico y rocambolesco, cuando después de ser procesado por el Gobierno de Kiev evitó su arresto al convocar a cientos de seguidores que terminaron por liberarle del furgón policial. Con los años, Saakashvili ha logrado ganar alguna posición política en Ucrania, donde ha sido gobernador en Odessa y asesor de una de las agencias del Gobierno de Volodímir Zelenski.

Saakashvili, a quien se le retiró la ciudadanía georgiana y fue condenado en rebeldía en ese país, se enfrenta ahora dos penas de tres y seis años de cárcel. Su partido, el MNU, asegura que su arresto es una “provocación”.

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Georgia vive una crisis política desde el año pasado, cuando los partidos de oposición denunciaron fraudes masivos en las elecciones legislativas en las que ganó el partido en el poder Sueño georgiano.

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