El expresidente de Uruguay José ‘Pepe’ Mujica formaliza su renuncia al Senado y se retira de la política

El expresidente de Uruguay José Alberto Mujica, de 84 años, es un fenómeno de masas. Hoy, durante una conferencia coloquio en Valencia, el político ha alertado de que la supervivencia humana dependerá del compromiso de la sociedad. “Todos podemos hacer algo” por los derechos humanos y por cambiar los parámetros de una civilización que pone en riesgo la propia supervivencia de la vida”, ha afirmado el exmandatario en un auditorio desbordado de público. Cientos de personas que hacían cola no han conseguido entrar en un auditorio que se ha quedado pequeño. 

El político latinoamericano considera inaceptable “esa imagen de un mundo de dos velocidades, uno protegido por el Mediterráneo o el río Bravo frente a los del otro lado. Porque no va a ser así, porque en los próximos 50 años África será la mitad de la humanidad y su desgracia será la de todos. O no se salva nadie o nos salvamos entre todos”, ha dicho en un acto organizado por el Consejo Valenciano de Colegios de Abogados (CVCA) y la Fundación por la Justicia, que ayer le entregó el Premio Derechos Humanos 2019.

Mujica ha aludido a los avances científicos que deben beneficiar a todo el mundo. “Por primera vez, el hombre estará en condiciones de comprar años de vida con dinero, pero no va a ser para todos”, ha advertido. “La ciencia podrá rejuvenecer el intelecto, cambiarte el corazón, parar la destrucción de los tejidos y los que tengan dinero podrán llegar a vivir 50, 80, 100 años más, pero habrá que luchar para que ese derecho sea común y compartido por todos”, ha subrayado.

Mujica, al que algunos llaman el presidente pobre -vive donde siempre- ha negado que haga apología de la pobreza. “No lo hago, solo defiendo vivir con lo necesario y disponer de tiempo, para tener libertad de hacer lo que crea”, ha asegurado con una feroz crítica al consumismo y a una civilización “que no puede parar de construir, de fabricar cosas”, mientras hay una crisis ecológica.

El político uruguayo, que ha viajado a Valencia acompañado de su esposa, Lucía Topolansky, vicepresidenta de Uruguay, ha insistido en que las nuevas generaciones tienen derecho a vivir, a tener agua limpia, sin plásticos, tener comida y un techo seguro. “Hay que invertir muchísimo en la cabeza de las nuevas generaciones para que no sean tan egoístas, tan estúpidos, como hemos sido nosotros, incapaces de ordenar el conjunto de intereses”, ha enfatizado.

Mujica ha abogado por que la lucha por los derechos humanos sea más global que la propia economía y comprometa a todos. “La supervivencia no es un regalo de los dioses, depende de nosotros mismos como especie, por tanto globalicemos la defensa de los derechos humanos. Hay mil formas de luchar aunque no haya una rentabilidad inmediata”, ha animado. 

El expresidente de Uruguay José Alberto Mujica, en el coloquio sobre el futuro de los derechos humanos celebrado en el Centro del Carmen de Valencia.ampliar foto
El expresidente de Uruguay José Alberto Mujica, en el coloquio sobre el futuro de los derechos humanos celebrado en el Centro del Carmen de Valencia. EFE/ Kai Försterling

El exmandatario ya destacó el día anterior que no se puede comparar la pobreza “matemáticamente”, ya que se trata de un concepto histórico y social: “Por ejemplo, el hecho de tener un televisor hace años sería impensable para el más rico y hoy en día, hasta un pobre puede tenerlo, pero eso no significa que no siga siendo pobre”. “Dicen que hay menos pobres y no se dan cuenta de que el mundo es mucho más rico”, defiende.

Ha asegurado también que “el concepto de pobreza depende de cada momento histórico y de cada escenario, por eso la lucha de los derechos humanos no se acaba nunca” y ha añadido que “hay que vivir con causa gastando parte del tiempo de la vida de cada uno tratando de crear una esquina mejor para el mundo”.

Además, Mujica ha advertido sobre un posible “holocausto ecológico” fomentado por el capitalismo. “La civilización consiste en un conjunto de claves subliminales, nos gritan que si no eres rico has fracasado y que tienes que gastar más porque tienes que ser útil para la acumulación, pero de lo que no se dan cuenta es de que la vida no se compra”, ha manifestado.

“Le damos la espalda al dolor ajeno porque si lo vemos nos duele, por eso necesitamos medidas globales para preservar la vida que es un milagro en la inmensidad de un universo inerte”, ha declarado. Según ha remarcado, estos son “los verdaderos desafíos” de los derechos humanos para las nuevas generaciones e instituciones. “No hay ni condena fatal ni libertad fatal, lo único que hay por delante es compromiso”, ha concluido.


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